Los exdelphi vuelven a la carga

La desesperación es una mala compañera de viaje, sin embargo, los exdelphi llevan meses, quizá años, cargando con esta pesada maleta. Tanta rabia acumulada ha terminado por estallar. Los extrabajadores no entienden por qué el PSOE no se ha sentado a negociar una salida digna para las 600 personas que aún siguen sin recolocar. El colectivo no aguanta más. Está harto de promesas incumplidas y de anuncios que no van a ninguna parte. Estamos ante un grupo de personas que lo ha perdido todo: trabajo, familia y vivienda. Aseguran que son víctimas de un engaño. No tienen nada que perder y, precisamente, esa connotación los convierte en un peligro público. Los exdelphi han protagonizado manifestaciones, concentraciones, marchas a pie y encierros, sin embargo, la situación vivida ayer en la sede del PSOE, en la calle Ancha, y en la Facultad de Económicas, durante un acto de IU, revelan que estamos ante una situación de crispación social que se puede ir de las manos. Los políticos tienen la llave para reconducir la situación. No se trata ahora de volver a anunciar nuevas medidas para tranquilizar al colectivo con motivo de las elecciones europeas. Al contrario. Se necesita una solución definitiva que acabe con siete años de conflictividad laboral. Los exdelphi son personas que están curtidas en la batalla y no toleran más promesas. Quieren realidades. La reunión del próximo día 2 con PSOE, IU y PP es clave. De la cita debe salir un acuerdo que ponga fin a la desesperación. De momento, el colectivo seguirá con su particular política de acoso y derribo a todos los políticos, del signo que sea, que vengan a la provincia. Los exdelphi estarán presentes en todos los actos públicos y la crispación puede desembocar en enfrentamientos si alguien no lo remedia. Ayer se vivió el primer capítulo.