Netanyahu está pendiente del nuevo Gobierno palestino. :: REUTERS
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Israel utiliza la reconciliación palestina para acabar con el proceso de paz

Netanyahu espera conocer la composición y la política del nuevo Gobierno de sus vecinos para decidir si continúa con las negociaciones

EL CAIRO. Actualizado: Guardar
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Llevaban meses en estado crítico, pero las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos recibieron ayer el golpe de gracia por parte del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, que ha utilizado la reconciliación entre las facciones palestinas como pretexto para suspender las conversaciones iniciadas el pasado verano. El Ejecutivo israelí quiere esperar a conocer la composición y la política del nuevo gobierno palestino para decidir si continúa con las negociaciones.

«Israel no va a llevar a cabo negociaciones con un ejecutivo palestino respaldado por Hamás, una organización terrorista que pide la destrucción de Israel», señaló el Gabinete de Seguridad en un comunicado tras una reunión de cinco horas en la que los ministros participantes acordaron también castigar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) con sanciones por su decisión de reconciliarse con el grupo islamista Hamás. Según el diario Haaretz, Israel seguirá reteniendo el dinero de los impuestos que recauda de parte de la ANP y prohibirá a bancos palestinos depositar dinero en entidades israelíes.

Aunque la decisión de suspender las negociaciones ha sido tomada de forma unilateral por el Gobierno de Netanyahu, el primer ministro culpó al líder de la ANP, Mahmud Abás, del fracaso de un proceso en el que ninguna de las dos partes había puesto ni grandes esperanzas ni medios para que saliera adelante. Israel ha dado luz verde a la construcción de cientos de nuevas viviendas en las colonias en los últimos meses y la ANP ha solicitado la adhesión a 15 tratados y convenciones internacionales, pasos que hacían casi imposible alcanzar un acuerdo.

El pacto alcanzado por las facciones palestinas prevé la creación de un gobierno transicional en cinco semanas y la celebración de elecciones seis meses después. Abás siempre ha defendido la vía de la negociación con Israel pero, ocho años después, y sin haber conseguido grandes logros, el mandatario es objeto de una crisis de legitimidad y una presión interna de los que consideran que su mandato sólo ha conseguido debilitar las posiciones palestinas y a la ANP.