Otra CEA es posible. sin ruptura

Los tiempos son otros y la patronal se adapta a ellos sin aparentes fisuras. A la vista de la reunión de ayer, otra CEA parece posible, aunque mucho más modesta, forzada por las deudas y la necesidad de generar más ingresos y atraer más socios. La cita antequerana también dio la imagen de que la nueva etapa aleja la tentación rupturista aunque el pasado más reciente tenga un lastre de credibilidad por la investigación judicial contra miembros de la anterior cúpula abierta a raíz de la denuncia sobre una operación inmobiliaria en Sevilla.

González de Lara reflexionó en su discurso en favor de un nuevo modelo sobre los riesgos en la representación empresarial más allá de las dificultades financieras. Así, animó a reforzar el papel de la CEA como «la voz de los empresarios en una fase crítica de evolución institucional». «La CEA -añadió- es viable organizativa, económica y socialmente ante un nuevo modelo de diálogo social». Alertó del riesgo de que otras organizaciones «traten de ocupar este papel sin compartir los valores empresariales» y reivindicó su «independencia respecto al color político de quien gobierne» para reclamar a la Junta un cambio legal para que los aspectos de la participación institucional dejen de estar regulados por una norma preconstitucional de 1977. Por otra parte, animó a los empresarios a ver en la pertenencia a asociaciones «una inversión a medio y largo plazo», y «a la sociedad civil, «por encima de condicionamientos ideológicos, a sentirse orgullosa de su tejido empresarial, fundamental en el sostenimiento del Estado del bienestar que se sustenta a la postre en el sistema productivo». En esa línea pidió «no buscar eufemismos, como emprendedores, emprendimiento e incluso emprendeduría para referirse a los empresarios, que son quienes arriesgan y buscan activamente oportunidades que cuando tienen éxito generan riqueza y empleo».

Homenaje

González de Lara, elegido el pasado enero, hizo en la primera asamblea que preside una firme defensa de los principios y valores -«unidad, compromiso e independencia»- que dieron origen a la CEA en 1979. La reunión de ayer, 35 años después de su fundación en Antequera, incluyó también en su agenda un sobrio pero sentido espacio para la nostalgia. Los presidentes de las ocho organizaciones provinciales ratificaron uno a uno aquel documento fundacional de 1979 en presencia de familiares de los presidentes ya desparecidos -Manuel Martín Almendro, Manuel Otero Luna, representados por sus hijos, y Rafael Álvarez Colunga, que lo estuvo por su viuda. «Cada uno en su momento supo impulsar con éxito, atrevimiento y tenacidad los objetivos de la CEA», recordó González de Lara al referirse a sus antecesores, entre los que se encontraba presente en el acto Santiago Herrero, que hoy está citado por el juez como imputado por presunta estafa en relación a la promoción de 583 viviendas en su calidad de patrono de la Fundación para el Desarrollo del Sur de Europa, vinculada a la patronal. En esta misma situación está Antonio Carrillo, secretario general de la CEA, puesto en el que fue ratificado el pasado enero.