La construcción perderá 75.000 empleos más y habrá destruido 1,8 millones durante la crisis

Ahora que en el Gobierno se insiste en buscar 'brotes verdes' que consoliden la recuperación incipiente que viene ensalzando hace semanas, desde la patronal de las grandes constructoras, Seopan, echaron ayer un jarro de agua fría sobre su optimismo. Y lo hicieron precisamente apuntando al empleo, que empezó a crecer (en forma de más afiliados a la Seguridad Social) en febrero por vez primera en esta crisis, aunque lo hiciera con modestia.

Los 75.000 empleos que la construcción prevé destruir este año -en contraste con los 92.000 que esperan crear el resto de sectores- son el resultado del suma y sigue en la caída de su negocio, cuyos ingresos serán entre un 4% y un 6% menores que los del ejercicio anterior -en obra civil, el desplome llegará al 16%-. Y lo peor es que será su sexto año consecutivo con descensos en la facturación de sus empresas.

En 2013 contribuyó de forma negativa con seis décimas menos al Producto Interior Bruto (PIB), es decir, la mitad del bajón anual que registró la economía española. Desde 2007 no suma para el crecimiento; entonces, su aportación ascendió al 0,5%. Con todo, su 'annus horribilis' fue 2009, con una caída del 3,4%.

En realidad, las cifras presentadas por la patronal dan muestra de un problema mayor, aunque por otro lado casi común a muchos sectores durante esta crisis financiera tornada en una doble recesión económica que parece haber terminado ya. Entre 2000 y 2008, el sector creó 868.000 puestos de trabajo entre el segmento de edificación y el de obra civil. Desde entonces y hasta finales de 2013 ha destruido 1.736.000 empleos; es decir, que ahora tendría incluso 930.00 colocaciones menos que a principios de siglo.

En consecuencia, también el peso de la construcción sobre la destrucción de empleo en España fue creciendo hasta suponer la mitad (55,5%) en 2010 e incluso tres cuartas partes (73%) en 2011. Desde entonces, no obstante, ese ajuste se ha ido moderando -en 2012 apenas uno de cada tres despidos se dio en el sector- hasta representar 'sólo' una cuarta parte del total en 2013.

Incentivar la inversión

Para el presidente de Seopan, Julián Núñez, la única forma de que el sector «no siga siendo un lastre para el crecimiento de la economía y la creación de empleo» pasa por que «se pongan en marcha planes que incentiven la inversión privada que supla el descenso del capital público». Se refería al desplome del 61% que sufrirá la inversión pública este año, según los Presupuestos del Estado. Los casi 22.000 millones de euros que los Ministerios de Fomento y Medio Ambiente destinaron a obras en 2009 -el tope de la serie histórica gracias al polémico Plan E del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero- quedarán reducidos a apenas un tercio, con 8.600 millones. Y lo peor es que esa partida seguirá recortándose, al menos, hasta 2016, conforme a los planes del Ejecutivo, para suponer apenas el 1,1% del PIB (en términos de formación bruta de capital fijo).

Núñez comparó estas cifras con las de los socios europeos y destacó, en negativo, que España tendrá el menor ratio de inversión por superficie y población de la UE entre 2014 y 2015, apenas 622 euros -la mitad que el penúltimo país de esa lista, Polonia-. De haberse mantenido la media de los últimos 19 años, el dinero para obra pública en esos dos años debería ascender a 64.400 millones, el doble (35.000 millones más) de la suma que realmente se dedicará.

En la vivienda, la situación parecer ser algo mejor dentro de lo malo. Para Núñez, «ha tocado ya fondo», aunque la recuperación tardará varios años. «No alcanzará su velocidad de crucero antes de 2016», advirtió el presidente de Seopan. La edificación residencial descenderá este año un 6%; los precios, algo similar tras terminar 2013 con un descenso del 7,8%, según el INE. Eso sí, desde 2008 acumula una caída del 37%