Entrada a la vivienda que ocupaba la familia desde mayo del año pasado. :: EFE/ CARRASCO RAGEL
CÁDIZ

El crimen de Sotogrande, al borde del archivo con la muerte del presunto autor

El sospechoso, que debía haber pasado ayer a disposición judicial, apareció muerto en los calabozos de la Comandancia de Algeciras

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La investigación por la muerte de una madre y su hija de nueve años en Sotogrande está repleta de incógnitas por resolver y ayer las dificultades a las que se enfrentan los agentes de la Guardia Civil se multiplicaron con el hallazgo del cuerpo sin vida del presunto autor del doble asesinato en los calabozos de la Comandancia de Algeciras. El ciudadano belga de 53 años, pareja sentimental de la mujer fallecida en la madrugada del miércoles en un chalé de la urbanización, fue encontrado muerto a primera hora de ayer cuando iba a ser trasladado a los juzgados de San Roque, imputado por el doble asesinato. Desde la Guardia Civil emitían un comunicado por la mañana en el que confirmaban el fallecimiento: «Los primeros indicios, tras el examen médico de los servicios de urgencias y forense apuntan a una muerta natural».

El cadáver del detenido fue localizado, según fuentes del caso, tendido en su camastro y sin aparentes signos de violencia. Si bien estas mismas fuentes no se atrevían a definir la causa de la muerte hasta no tener consigo el resultado de la autopsia. Quien sí se lanzó a darla fue la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, anticipando que pudo haber sido una parada cardiorespiratoria.

La muerte del único sospechoso complica aún más las investigaciones por esclarecer qué pudo ocurrir en la madrugada del miércoles, cuando murieron madre e hija dentro del chalé de la calle Daimiel, según determinan las autopsias. Sus cuerpos fueron encontrados horas después, sobre las nueve de la mañana, cuando el propietario de la casa acudió a recoger las llaves del inmueble donde la pareja y la hija de ella habían estado residiendo desde el pasado mes de mayo. El miércoles, según explicó a los agentes el arrendador, debían abandonar la casa.

La niña fue drogada

Ayer se conocían nuevos datos del escenario del crimen, de cómo se produjo la detención del sospechoso y del relato que mantuvo éste tanto en el momento del arresto como el jueves, cuando prestó declaración ya asistido por abogado en la Comandancia.

Según su versión, había planificado junto a su compañera sentimental suicidarse debido a los graves problemas económicos que acuciaba a la familia. Si bien, señaló a la madre de la niña, de 51 años, como la autora material de la muerte de la pequeña. Después se habría quitado la vida ella y el desenlace de ese plan, afirmó el sospechoso, era haber hecho él lo mismo. Aseguró que se había marchado de la vivienda con ese propósito. Así, había pensado acabar con su vida, estrellándose con su vehículo, pero que no se atrevió.

Fue detenido cuando regresó a la casa tras aparcar su coche. Ese comportamiento es uno de los elementos que descoloca a los investigadores. No trató de huir, tampoco se suicidó y mantuvo hasta el final que no había matado a madre e hija.

La niña, de nueve años, fue encontrada en el dormitorio principal de la vivienda, tumbada en la cama de matrimonio. Fuentes del caso confirmaron a LA VOZ que había sido narcotizada y posteriormente asfixiada. Su cuerpo no presentaba signos de haberse ejercido una violencia extrema sobre ella.

La madre apareció en el baño con marcas en el cuello y heridas por arma blanca. Junto a ella encontraron un cuchillo de cocina, otro más pequeño y unas tijeras de trinchar. La autopsia determinó que había muerto por varios cortes profundos en la zona del cuello. Ese 'modus operandi' es «muy raro» asociarlo a un suicidio y lo que hacía tambalear, para los investigadores, la versión que ofreció el único testigo, el cual también presentaba varias lesiones por arma blanca, una de ellas en el cuello como su pareja sentimental.

Sin escolarizar

Algunas de las incógnitas por despejar del caso tienen que ver con el entorno de la familia. De nacionalidad belga y sin relaciones familiares o amistosas en el entorno, los investigadores no han podido echar mano de más testimonios que ayudaran a dibujar el perfil de la pareja o de la de niña, que no estaba escolarizada. Según confirmaron las mismas fuentes, la pareja llevaba viviendo en España dos años, antes de Sotogrande habían estado residiendo en Málaga. Él era asesor financiero y ella, ama de casa.

Con la muerte del único sospechoso, el caso se queda al borde del archivo pese a las incógnitas abiertas. Este trágico desenlace recuerda a otro caso que conmocionó a la sociedad gaditana en abril de 2007. El cuerpo de Betsabé Allaín aparecía en el interior de una maleta en Puerto Real. Su marido era detenido poco después tras ofrecer una versión poco creíble. Juan Miguel Villar no pudo ratificar ese testimonio ante el juez, antes de hacerlo se ahorcó en su celda de la comisaría de El Puerto con un cinturón que a los agentes se les olvidó quitar como indica el protocolo.