CÁDIZ SE FUNDE A NEGRO

El mapa que ilustra esta página parece una de esas plantillas con las que aprendimos los ríos, las montañas y las provincias de España allá en los tiempos de EGB. Sin embargo, desgraciadamente, este mapa maldito nada tiene que ver con aquellos que nos enseñaron a ubicarnos geográficamente a millones de españoles. El mapa que ilustra esta página -hecho público el pasado jueves por el Instituto Nacional de Estadística- muestra la tasa de paro de cada una de las provincias españolas, señalando con colores, de más claro a más oscuro, el nivel de drama de cada cual.

El mapa que ilustra esta página divide claramente a España en dos. El norte y el sur. Los ricos y los pobres. Los productivos y el lastre. En manos de cualquier ultra catalán o vasco, el mapa que ilustra esta página es un arma perfecta para defender sus ideas, para hacer apología del separatismo, de la independencia. Para demostrarnos una vez más que todo lo bueno que tienen en cuanto a industria y empresa lo tienen de insolidarios.

El mapa que ilustra esta página retrata a Andalucía como la gran comunidad autónoma del paro. Casualidad o no, una Andalucía que lleva cerca de cuatro décadas gobernada por los mismos. Cuatro décadas en las que, obviamente, hemos progresado mucho con respecto a lo que heredamos del franquismo. Pero un progreso que va muy por detrás del que ha experimentado el resto del país.

Y dentro de esa Andalucía lastrada, asolada por el desempleo, el mapa que ilustra esta página sitúa a Cádiz en la cola de la cola. Mucho más cerca de África que de Soria, Guipúzcoa o Lleida. Los colores no engañan. Y Cádiz está fundida en negro. El negro del desastre, de la vergüenza, del insulto a una tierra con una potencialidad brutal que nadie es capaz de poner en valor.

El mapa que ilustra esta página deberían colgarlo todos y cada uno de los políticos de este país, de esta comunidad, de esta provincia, en la pared de su despacho. Para que no se les olvide nunca cuál es la prioridad hoy por hoy. Planes de empleo de verdad efectivos, controles para evitar desfalcos como los que padecemos por culpa de la corrupción, ideas para generar riqueza.

El mapa que ilustra esta página debería servir para que todos esos responsables públicos, y muchísimos de los que les antecedieron, no olviden que mientras pierden el tiempo en sus cuitas políticas, en sus guerras internas, en sus necedades, Cádiz se está muriendo. Y ellos, sólo ellos, son los que la están matando con su inmoralidad y su ineptitud.