Economia

La Eurocámara busca un lavado de cara con la 'troika'

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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La peor crisis económica que se recuerda desde hace casi un siglo y que ha hecho a la mayoría de los europeos -sobre todo en el Sur- mucho más pobres, deja tras de sí un reguero de fracasos sociales y polémicas decisiones económicas de las que ahora se pretende aprender de cara a futuros tsunamis financieros. La Gran Depresión es un cúmulo de errores en cadena que ahora se pretende personalizar en la 'troika', quizá el término que más ha calado en una sociedad sometida a un complejo curso de economía hace ya cinco años, aunque con mayor intensidad desde 2010 cuando la virulencia de la crisis alcanzó su cénit.

Fue entonces, aquel 2 de mayo, cuando el tridente integrado por los hombres de negro de la Comisión Europea, el Banco Central (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), echó a andar con el rescate a Grecia. Luego llegó Irlanda, Portugal, Chipre... También España, aunque con un rescate limitado al sector financiero. Y ahora, casi cuatro años después, con todos los platos rotos, el Parlamento Europeo busca 'enjuiciar' a esa 'troika' en un intento por muchos calificado como un mero lavado de cara a sólo cinco meses de las elecciones comunitarias.

En esta suerte de comisión de investigación que no es tal en lo técnico pero sí en lo político, compareció anoche el vicepresidente económico, Olli Rehn, que en líneas generales defendió lo hecho aunque con matices. Lo hizo en Estrasburgo, durante una sesión extraordinaria de la Eurocámara en la que reconoció las «consecuencias sociales» que ha dejado la crisis, pero recordó que la situación era muy grave e incluso «dramática».

Pese a todo, siguió defendiendo las recetas mantenidas hasta el momento y que han permitido, por ejemplo a Irlanda, salir del rescate sin ningún apoyo adicional de la 'troika'.

Hoy le tocará el turno al expresidente del BCE, Jean-Claude Trichet, y mañana, al director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), Klaus Regling. Desde el FMI, que no ha dudado en criticar en público muchas de las medidas adoptadas en Grecia, sobre todo, o en Portugal, no han contestado a la invitación de la comisión de Economía del Parlamento. El actual mandatario del Banco Central, Mario Draghi, es otro de los que tampoco comparecerá finalmente.

Las conclusiones definitivas llegarán en abril, aunque ya se conoce un primer borrador donde se critica que la 'troika' se creó sin una «base legal apropiada», que las decisiones se toman sin tener en cuenta a la Eurocámara, que hay una «rendición de cuentas democrática débil» en los países bajo programa y, en general, que su mandato es percibido como poco transparente.

Censura, además, que «desde 2008 la desigualdad y la pobreza han aumentado por encima de la media en los cuatro países rescatados».