CÁDIZ

Un puente para la eternidad

El nuevo director de obra tiene orden de mejorar la coordinación con Dragados y adelantar su final

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La ministra de Fomento, Ana Pastor, se ha cansado de aguantar los desplantes de Dragados con el segundo puente de Cádiz y Dragados, por su parte, se ha hartado de soportar cambios en el proyecto, retrasos en los pagos y imprevistos. Unos y otros se echan la culpa de un proyecto que se eterniza en el tiempo disparando su coste. La ministra estalló el pasado lunes en Cádiz cuando vino a presentar el plan nacional de Estrategia Logística y advirtió de que será la empresa adjudicataria del proyecto la que a partir de ahora tendrá que dar explicaciones de cualquier contratiempo o nueva demora que sufra la obra. La responsable de Fomento ha insistido en que la financiación está garantizada y asegurada en los Presupuestos Generales del Estado y, por tanto, no hay razón para nuevos retrasos. ¿Qué ha pasado entonces para que la relación entre el ministerio y la empresa adjudicataria se haya deteriorado? El sobrecoste del puente es evidente. El proyecto, aunque se fraguó hace décadas y se impulsó durante el segundo mandato del PP con los primeros estudios técnicos y ambientales, no salió adelante hasta mayo de 2006, cuando la entonces ministra de Fomento, la socialista, Magdalena Álvarez, presentó de forma oficial el segundo acceso a la Bahía, cuyo diseño es obra del ingeniero Javier Manterola. Así, un año después de este fastuoso acto social, el Gobierno de Zapatero adjudicó la obra a la UTE formada por Dragados y Drace, esta última es una división específica de la propia Dragados para construcciones especiales. El precio de adjudicación fue de 273 millones de euros y 42 meses de plazo de ejecución. Nada que ver con los 473 millones de euros que suma ya el proyecto y los seis años que llevamos de obra. Este puede ser el origen de la polémica que ha soliviantado a la ministra, amén de una manifiesta descoordinación para poder cumplir con el programa. No hay que olvidar que la propia ministra dio el pasado marzo una fecha aproximada de culminación del puente que, desde luego, no se ha cumplido. Ana Pastor ha visitado en tres ocasiones la Bahía desde que tomó las riendas del Ministerio de Fomento. Su primer encuentro con la realidad gaditana tuvo lugar el 12 de marzo del año pasado cuando vino para hacer balance de la herencia socialista. Reconoció entonces dos cosas muy importantes, al tiempo que despejó todas las dudas sobre las grandes infraestructuras iniciadas en la provincia. Así, destacó con los informes técnicos disponibles que la obra del segundo puente no estaría terminada hasta, al menos, 18 meses. Es decir, que según esos cálculos el puente estaría terminado para finales de 2013 o principios de 2014. Pastor fue la primera responsable política que confirmó abiertamente la imposibilidad de que el nuevo acceso a la Bahía estaría para el Bicentenario. Puso el balón en el suelo y zanjó de un plumazo todos los anuncios del gobierno anterior de que la obra cumbre del Doce estaría terminada a tiempo de la celebración de la cumbre iberoamericana de noviembre de 2012. En su segunda visita a la capital, girada en marzo de este año, la ministra siguió adelante con los pronósticos que le habían facilitado sus técnicos nada mas asumir la cartera de Fomento y avanzó la terminación de la obra para finales de 2013 algo que, a todas luces, parecía inviable, pero era la palabra de la ministra frente a la del resto. No ha podido ser y Ana Pastor no perdona el fallo.

En su tercera visita a Cádiz, concretamente el pasado lunes, se le notó especialmente contrariada con el desarrollo de la obra y molesta por el curso de la misma. Se trata de un proyecto faraónico que ha doblado su coste y que, según los nuevos pronósticos, culminará tres años después de lo previsto. LA VOZ adelantó la pasada semana varios detalles de la nueva planificación de la obra, la tercera desde 2010, y la nueva fecha que manejan los técnicos para su terminación es el primer semestre de 2015, aunque el remate de los últimos detalles pueden alargarse hasta el segundo semestre del mismo año. De cualquier forma, la casualidad de los retrasos permitirá que esta gran obra se estrene en un año marcado por las elecciones municipales de mayo y las generales, aún por determinar, de finales de octubre o noviembre.

El objetivo ahora de Fomento es evitar a toda costa nuevas demoras y, sobre todo, incrementar los costes del proyecto. Para ello ha sustituido al que ha sido durante los dos últimos años el director del proyecto, Julio Domingo de la Blanca, por Fernando Pedrazo, un veterano ingeniero de la casa que proviene de la Demarcación de Carreteras de Extremadura y tiene orden expresa de marcar los tiempos a Dragados.

De momento, la obra ha tomado un nuevo impulso. El turno de noche se recuperó el pasado agosto y se ha acelerado la colocación del tramo atirantado. No obstante se trata de una de las fases más complejas del proyecto, que durará, al menos, hasta el próximo verano.