Economia

El FMI plantea bajar los sueldos un 10% para acelerar la creación de empleo

El Fondo apuesta por un gran pacto de patronal, sindicatos y Gobierno para reducir el paro por debajo del 20% en 2016

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El FMI planteó ayer a España una receta radical para acelerar la creación de empleo. En su informe anual sobre la economía española, apuesta por un gran pacto nacional entre patronal y sindicatos que permita bajar los sueldos un 10% de forma generalizada. La reducción se complementaría con un recorte en las cotizaciones sociales para estimular la contratación y con un compromiso expreso de los empresarios en favor de la ampliación de plantillas. Con estos cimientos, estima que la tasa de paro podría caer drásticamente hasta situarse por debajo del 20% en tres años (2016). En caso contrario, prevé que el desempleo tome cariz de enfermedad crónica y siga en el 25% en 2018.

La propuesta de los expertos del Fondo Monetario Internacional, que visitaron España en las últimas semanas, se basa en el lento impacto de las reformas aprobadas por el Gobierno. El organismo dirigido por Christine Lagarde elogia sus esfuerzos, pero insiste en que la magnitud del problema del paro requiere «medidas a la altura del desafío». Por ello, delinea una estrategia para que la creación de empleo despegue de la mano de un «proceso de devaluación interna más rápido». El eje de este fuerte ajuste se apoyaría sobre un gran acuerdo social. Si se alcanzara el consenso, cree que el PIB subiría un 5% en los próximos años.

Los especialistas del Fondo recalcan que el acuerdo entre los agentes sociales debería acelerar la caída de los salarios, uno de los objetivos centrales de la reforma laboral como contrapeso para evitar la destrucción de empleo. En una simulación numérica, utiliza de forma «ilustrativa» una bajada general de sueldos del 10% en dos años. Este sacrificio de los trabajadores se acompañaría de un esfuerzo equivalente de la patronal que, según la entidad, debería comprometerse a aumentar «significativamente» las contrataciones. Con este primer paso, estima que los precios descenderían en paralelo de forma pronunciada, lo que garantizaría el mantenimiento del poder adquisitivo.

El Gobierno, a su vez, se sumaría al pacto con una rebaja del 1,7% en las cotizaciones sociales, que contribuiría a facilitar la contratación. Dado su impacto inmediato en las cuentas públicas, el FMI aboga por compensar esta pérdida de ingresos con un incremento del IVA. Ambas decisiones no se tomarían al mismo tiempo para no dañar la demanda, sino que se esperarían dos años para elevar el impuesto indirecto. Recomienda, no obstante, dejar inalterado el tipo general (21%) y apuesta por disminuir el número de productos con el reducido (10%). La UE también reclama desde hace meses al Ejecutivo que limite la presión fiscal vinculada al trabajo y la traslade progresivamente al consumo.

Década perdida

Los cálculos del Fondo indican que la devaluación interna acelerada intensificaría de forma notable la creación de empleo. En tres años, la tasa de paro se situaría por debajo del 20% frente al 27,2% pronosticado por el organismo para este ejercicio.

Pero si las medidas se aparcan, las estimaciones resultan más negras y anticipan una década prácticamente perdida. El desempleo apenas conseguiría reducirse y se mantendría en el 25% en el horizonte de 2015 por el anémico crecimiento de la economía. El Fondo insiste en que los jóvenes están soportando de forma masiva las dificultades del mercado laboral y remarca la necesidad acabar con las diferencias entre contratos temporales y fijos.

En el informe, el FMI incorpora las impresiones recogidas 'in situ' en el mercado español. En las distintas reuniones mantenidas con el Gobierno, los agentes sociales o el mundo académico, los especialistas plantearon la opción del gran acuerdo. Las respuestas que se encontraron no fueron muy esperanzadoras. En algunos casos, se insistió en que no existe el clima necesario para alcanzar un pacto y que el «ambiente social» tampoco es el adecuado para plantear un ajuste de estas características. El Ejecutivo alegó que se necesita más tiempo para evaluar el impacto de la reforma laboral. A su juicio, empresarios y trabajadores todavía están aprendiendo a manejarse con el nuevo marco legal y no puede esperarse una gran creación de empleo en plena recesión.

Las cifras del análisis también revelan que España no conseguirá cumplir los nuevos objetivos de déficit marcados. Aunque la evolución de las finanzas públicas mejora, se vaticina que el desfase no caerá por debajo del 3% hasta 2018, dos años después del plazo fijado. Pese a esta constatación, el FMI elude presionar en exceso y recuerda que lo importante es seguir con las reformas estructurales para que el crecimiento tome velocidad cuanto antes. En este ámbito, sus proyecciones sobre el PIB resultan demoledoras. Los expertos reconocen que se registrarán tasas positivas este año, pero no observan un cambio de tendencia con fuerza suficiente. De hecho, estiman que la actividad no se expandirá por encima del 1% hasta dentro de, al menos, cinco ejercicios.