PAN Y CIRCO

EMPATÍA (II PARTE)

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La semana pasada tocamos en esta misma sección el tema de la empatía del aficionado con respecto al jugador, entrenador, director deportivo o los periodistas que cubren la información del conjunto amarillo. Esta semana vamos a seguir con el tema de la empatía, pero esta vez, del jugador, entrenador o responsables del club con respecto al aficionado.

Todos los jugadores que tienen la suerte de vestir de amarillo destacan la fuerza y el empuje de la grada del Carranza y agradecen el apoyo de los incondicionales, pero para llenar Carranza se suceden miles de historias personales que son dignas de mención. Así, sería bueno que el jugador que vaya vestir la camisola amarilla piense que en julio o agosto muchas personas se preparan para renovar su carné de abono y empezar a ilusionarse con una nueva campaña. Ese anónimo aficionado quizá saca el dinero de su casa y, tras hacer un gran esfuerzo económico, adquiere su carné de abonado, en muchos casos, sin saber los futbolistas que van a ver o cómo se va a presentar la temporada.

Después toca acudir 19 jornadas al Carranza para ver a su equipo. Muchas horas dejando de ver o disfrutar de la familia o amigos para, bufanda en el cuello, salir temprano, tomar cafelito, acceder al estadio y disfrutar del espectáculo.

Tantas horas dedicadas a su equipo, tanto interés por parte de muchos aficionados que merecen por parte del profesional todo su esfuerzo en el campo, la lucha de cada balón como si el último balón de su vida se tratase. Además, merece una concentración en el partido fuera de lo normal, y en fin, merece un comportamiento de una profesionalidad fuera de toda duda. De igual modo, merece un esfuerzo de los rectores del club por confeccionar el mejor equipo posible y dirigido por un buen profesional que sepa sacar el mejor rendimiento del equipo. En fin, una empatía mutua para una perfecta comunión equipo-afición.