Apuntes

Un emblema que zozobra

La Escuela de Hostelería del Carmen, un símbolo en la formación de los profesionales de un sector clave, sufre serios problemas de cobro de nóminas y gestión

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De todos los centros de formación profesional que existen en la Bahía de Cádiz, pocos tienen el prestigio y el aprecio de la Escuela de Hostelería del Carmen. Tanto por el espléndido servicio de su comedor de prácticas como por el nivel de acceso laboral que obtienen sus alumnos, se ha ganado un lugar en el afecto cotidiano de muchos gaditanos. Quizás por esos vínculos, las dificultades que vive en estos momentos resultan más simbólicas. Aunque las dificultades que atraviesan sus trabajadores son comunes a muchos centros administrados por la Junta de Andalucía, parece especialmente doloroso que sea el buque insignia de la formación profesional en Cádiz el que amenace hundimiento. Si así está una escuela que ha formado a profesionales de prestigio nacional que obtienen empleo en el 90% de los casos, qué cabe esperar de todos los demás. Los números dicen que son 17 los trabajadores del centro que ya tienen dos nóminas atrasadas. Pero lo peor es la incertidumbre sobre la apertura del plazo de matrículas o el hecho de que no haya gerente desde hace más de dos años. Todo, sumado, da una sensación de caos y descontrol que vaticina un futuro incierto para un recinto que cumplía con excelencia su función formadora. Además, creaba profesionales para un sector estratégico, uno de los pocos pujantes que le quedan a la economía gaditana, como es el de la hostelería y el turismo. En definitiva, se trata de un mal ejemplo de gestión educativa y de un proceso de abandono que provoca desánimo general, además de las graves consecuencias personales en los trabajadores y alumnos afectados. Urge que la Junta de Andalucía aclare el futuro de la Escuela de Hostelería de Cádiz y, sobre todo, que cumpla lo que diga.