Vecinos, pasando por la puerta de las oficinas de Uniter, custodiada por los agentes . :: FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

Un registro policial entre palcos de Semana Santa y las miradas curiosas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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A pocos días de que arranque la Semana de Pasión, que se vive con intensidad en una ciudad como Jerez de arraigado sentimiento cofrade entre sus vecinos, la redada policial que ejecutó ayer la UCO en terreno gaditano no se libró de contar con elementos relacionados con la Semana Santa. La imagen más peculiar que arrojó la redada de la Guardia Civil, que actuó en distintas provincias andaluzas, quedó grabada en Jerez. Los vehículos de los agentes tomaron parte de lo que será la carrera oficial, ya que la sede de Uniter se encuentra en pleno epicentro del recorrido que deberán realizar las cofradías a partir del Domingo de Ramos, si la climatología lo permite.

Los relojes de los miembros del Instituto Armado que participaron en la redada estaban sincronizados para comenzar a llamar a las puertas de domicilios y oficinas de las empresas que ejercieron de mediadoras en la tramitación de los Eres sospechosos a partir de las ocho de la mañana. A esa temprana hora, varios vehículos oficiales tomaron las inmediaciones de la sede de Uniter, acotada por la instalación de los palcos de Semana Santa. Un nutrido grupo de agentes accedió a la sede central de la compañía consultora para iniciar el registro de las instalaciones. La calle Larga, de inmediato se convirtió en el objetivo de los curiosos, que fueron los primeros en hacer correr la voz. De nuevo la Guardia Civil regresaba al mismo punto donde en febrero de 2011 habían ya actuado en la primera fase de la investigación. En la calle no hacían falta comunicados oficiales para que las habladurías esta vez fueran más acertadas: «¿Hay lío con lo de los Eres?», preguntaba una señora a los pequeños grupos que poco a poco se fueron formando frente a la sede de Uniter.

La llegada de cámaras y fotógrafos para captar el trasiego de agentes que salían y entraban de las oficinas hizo el resto, junto a los primeros mensajes por las redes sociales de periodistas confirmando la evidencia: la Guardia Civil regresaba a Jerez para continuar avanzando en las pesquisas por el mayor escándalo de corrupción a nivel autonómico que se conoce hasta la fecha.

La entrada de la aseguradora fue custodiada en todo momento por varios agentes que servían de apoyo a los investigadores. Agentes de la USECIC de la Comandancia de Cádiz se encargaron de las tareas auxiliares mientras los funcionarios de la UCO, venidos desde Madrid, se dedicaban dentro a desgranar qué documentación debía ser requisada y cuál no era susceptible de ser analizada con detalle en sede policial.

Con los palcos montados, a falta de los últimos retoques, apenas quedaba espacio libre para que los agentes pudieran acotar una zona de tal manera que los funcionarios que entraban y salían de las oficinas no se cruzaran con peatones y periodistas. Así, no fueron pocos los que pasaron por delante de la entrada del edificio donde se ubica la sede central de Uniter y con mirada curiosa trataban de descubrir qué se cocía dentro. Tampoco hubo reparos de quien, copita en la mano, se aproximó a la puerta y trató de sacarle la información a los propios agentes que custodiaban el acceso al edificio.

El registro se prolongó durante bastantes horas por lo que la expectación del público presente se fue diluyendo hasta el punto de que la presencia de la Guardia Civil, tomando lo que será parte del recorrido de la Pasión jerezana, dejó de ser noticia.