Una de las últimas protestas, en un consultorio de la Sierra. :: A. R.
CÁDIZ

Casi una treintena de médicos denunciaron agresiones en 2012

Sólo una mínima parte de los que viven situaciones de violencia se atreven a tomar medidas legales, advierte el Colegio profesional de Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Una larga espera en Urgencias o negarse a recetar un medicamento pueden terminar en insulto o de ahí al golpe durante la consulta. Eso último fue lo que enfureció a un paciente de Manuel Ortega Marlasca, médico de familia en un centro de salud de Jerez que fue víctima de agresión hace tres años. Después del episodio no le dio vueltas a la cabeza y puso la denuncia. Todo lo demás vino rodado: orden de alejamiento, multa y una sentencia que le puede complicar las cosas al agresor si se atreve a repetirlo. Pero eso no es lo habitual. Sólo una mínima parte de los que viven situaciones de violencia llegan a iniciar el proceso. Quizá por miedo a represalias o por evitar la molestia de acudir a la comisaría y al juzgado, se opta por olvidar el asunto y hablar poco del tema.

A lo largo del año pasado un total de 26 facultativos denunciaron ataques físicos o verbales mientras trabajaban. Seis de cada diez son de atención primaria, según los datos del Colegio de Médicos de Cádiz que ha presentado el balance con motivo del Día Nacional contra las Agresiones a profesionales sanitarios. La cifra es inferior a la del año anterior, pero «eso no significa que la violencia haya descendido», señala el propio Ortega Marlasca, que ocupa la vocalía de Primaria del órgano colegial de la provincia. Y advierte de que «esa actitud es la peor de todas, porque al que no se le denuncia, volverá a agredir y quizá con más violencia». En los últimos años este tipo de asuntos ocupa gran parte de la actividad del gabinete jurídico que ha llegado a designar a un abogado en exclusiva.

La víctima puede ser cualquiera que lleve una bata blanca, desde el enfermero al auxiliar, el celador o el administrativo. Todo aquel que se sitúe en la primera línea cuando un paciente o un familiar se enfurece. En este caso, apenas uno de cada cinco se atreve a denunciar, indica el Colegio de Enfermería de Cádiz. Su presidente, Rafael Campos, señala que la preocupación es cada vez mayor por la frecuencia con la que ocurren, «ya que son quiénes están más tiempo en contacto con los pacientes y los que han sido más afectados por los recortes de plantilla». Así, destaca que «el número de agresiones sufridas por enfermeros en comunidades autónomas es directamente proporcional al déficit de trabajadores que poseen. Andalucía es la penúltima en dotación de enfermeros con 401 por cada 100.000 habitantes, frente a los 541 de media en el territorio nacional o los 881 de la comunidad de Navarra».