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ANDALUCÍA

El urbanismo de rostro humano

Menos coches, más bicis, pero también menos ruidos, caminos escolares seguros para los niños, espacios más adecuados a la vida de las mujeres. Así es el plan que quiere cambiar la manera de pensar y vivir la ciudad La Junta de Andalucía lanza el programa 'La ciudad amable' para conseguir regenerar el espacio público y recuperarlo para los ciudadanos

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Además de un lenguaje técnico impenetrable y una legislación alambicada, el urbanismo es capaz de tener una dimensión poética, una cara moderna que permite concretar abstracciones y desencadenar cambios en positivo. Dejar de ser salvaje para convertirse en doméstico. «Queremos hacer ver que otro urbanismo es posible», dice Gaia Redaelli, directora general de Rehabilitación y Arquitectura y responsable del programa 'La ciudad amable', con el que la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía quiere modificar los usos de la ciudad y hacerla más habitable, un plan que estos días se presenta por todas las provincias andaluzas para buscar alianzas con los ayuntamientos, los profesionales y la propia sociedad.

La arquitecta milanesa, profesora de Universidad y poseedora de premios internacionales, se ocupa en la cartera de Elena Cortés de poner en marcha un plan que contiene todo un programa ideológico. «Queremos reflexionar después de tanto urbanismo descabellado, de crecimiento y ocupación de territorio, sobre la rehabilitación de la ciudad en su conjunto, de la ciudad consolidada». Gaia Redaelli propone «una forma diferente de ver las ciudades, no por crecimiento, sino por rehabilitación, tanto de lo construido como, sobre todo, del espacio colectivo».

Este «patio común» es el equipamiento colectivo prioritario que el programa quiere impulsar, como un «cambio de modelo productivo». Antes el espacio público era lo que quedaba entre edificios, no había una arquitectura específica, y ahora lo queremos poner en primer plano». El primer paso es «un cambio de movilidad, más peatonal, más ciclista, más sostenible. El 60% del espacio público está ocupado por coches, aparcados o circulando. ¿Eso es una ciudad humana, amable? No, evidentemente», dice la directora general. Pero hay más conquistas, como luchar contra la contaminación acústica, mejorar la accesibilidad, lograr rutas escolares seguras para los niños o hacer más fácil los espacios para las mujeres. Todo un sueño de «ciudad amable» que no requiere mucho dinero: «A veces basta con poner una simple valla, como se ha hecho en Brooklyn, y la gente se apropia del espacio, que es una experiencia maravillosa, y es un mecanismo irreversible». Pero también se ha conseguido en un pequeño pueblo de Córdoba, Dos Torres, que «han quitado el tráfico de la plaza y sólo han gastado 200.000 euros en adoquinarla». En Casares, donde unos aparcamientos de varios pisos van a resolver las necesidades de plazas de sus habitantes y permitir una ciudad peatonal.

Fomento dialoga ahora con los ayuntamientos, que tendrán de plazo hasta el 8 de abril para presentar proyectos. Antes se harán jornadas de debate y formación, con expertos, para definir propuestas y habrá un plan complementario en los colegios para educar a los escolares. También se actuará para implicar a los arquitectos, con el fin de incentivar que trabajen sobre el espacio público, y con asociaciones ciudadanas, para implicar a la sociedad.