¿JUGAR BONITO O COMPETIR?

El pasado viernes tuve la oportunidad de preguntar a Raúl Agné sobre la prioridad ahora mismo de su Cádiz en cuanto al juego se refiere. Una pregunta basada, en el 'espectáculo' que el conjunto cadista brindó a la afición hace siete días en Carranza ante el Betis B. Agné recalcó que ahora mismo su prioridad es ganar partidos, conseguir puntos para un equipo necesitado de ello, pero dejando entrever que su grupo tiene que saber competir sobre el campo. Y es sobre esta respuesta cuando puede surgir el debate futbolístico... ¿jugar bonito o saber competir? Por la declaración tanto de palabra como de intenciones de Agné, el Cádiz se queda con lo segundo. Sin embargo, para muchos un juego bonito, alegre y efectista es el camino más recto para conseguir la victoria. Esto último no lo tengo nada claro, más aún viendo partidos de nivel 'Champions' (duele la comparación, pero permítanme el ejemplo), como el del Barcelona hace unos días en Milán, un conjunto que sin hacer un juego de otra galaxia, sabiendo lo que tiene que hacer en cada momento y sobre todo siendo muy práctico, se llevó la victoria ante el máximo exponente del juego mágico y vistoso. ¿Qué queremos para nuestro Cádiz? Por supuesto victorias, soñar con hacer una segunda vuelta histórica... pero ¿vale ganar de la forma que sea? Desde luego, en cualquier categoría, pero más aún en Segunda B, hay que saber competir, ser prácticos, elegir la decisión correcta en el momento preciso cuando se ataca, ser solidarios en el trabajo y sobre todo pelear por marcar un gol más que el rival. En definitiva, ser un equipo competitivo. Con todo ello, olvidándonos del 'jogo bonito', el Cádiz estará arriba, algo que precisamente estamos viendo en el Cádiz de Raúl Agné. ¿ Son compatibles el buen juego con la competitividad? Por supuesto que sí, pero cuando lo primero no es posible por las razones que sean, lo segundo se convierte en vital.