Economia

Menos tarta, casi los mismos comensales

El cambio de operador de más de cinco millones de personas en 2012 evidencia que el sector sigue en ebullición Las compañías de telefonía acrecientan la guerra por captar nuevos clientes... y se olvidan de los antiguos

MADRID. Actualizado: Guardar
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La crisis ha hecho especial mella en el sector de la telefonía móvil, aunque no tanto por la caída de ingresos -todavía se mantiene cerca de los 10.000 millones de euros, pese a la reducción progresiva registrada desde 2008, cuando superó la frontera histórica de los 14.000 millones- como por la merma de clientes, no tanto por la cancelación de los contratos como por la disminución en los servicios que contratan, apuntan los expertos.

Las cifras que ofrece la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) muestran una pérdida de 2,76 millones de líneas (7.500 diarias) en 2012 (que no de clientes, pues un número estimable tenían contratadas más de una), lo que supone un recorte del 4,2% para un parque que mantiene 55,74 millones de conexiones (la mayoría, 32,7 millones, con contrato). Cayó la penetración del móvil en España -seis puntos, de 120,7 líneas por cada 100 habitantes a 114,6-, aunque también lo hizo por vez primera la población (pendiente de la confirmación del INE). Y subió el ratio de la banda ancha, de 24,2 a 25 líneas.

¿Qué ocurre entonces? Pues que el mercado «está saturado en usuarios» y estos han reducido su consumo por la crisis, es decir, contratan menos servicios o sustituyen unos por otros, apunta el profesor de Esade Santiago Miralles, experto en sistemas de la información. Entonces, ¿por qué algunos operadores ganan clientes? «Se los 'roban' unas a otras», asevera con rotundidad. En 2012, casi 5,23 millones de líneas de móvil cambiaron de proveedor aunque no de número (portabilidad), con Movistar y Vodafone perdiendo dos millones entre ambas, lo que redujo sus cuotas en el mercado al 36,4% y el 26,6%, respectivamente.

A la cabeza de las compañías que se aprovecharon de este trasvase figuran Orange y Yoigo -los otros dos actores de la telefonía móvil que cuentan con red propia-, con cerca de 800.000 nuevos clientes entre ambos. El primero domina el 21,6% del mercado y el segundo el 6,3%, y según los expertos no sería extraño que acabaran 2013 en el mismo grupo porque la multinacional francesa sigue en expansión -tras comprar Simyo como segundo operador 'low cost' (bajo coste) junto a Amena, podría repetir la estrategia uniendo dos operadores de red, lo que le permitiría ampliar ofertas e incluso bajar más los precios-. «A más cuota, mayor ventaja», sentencian desde el propio regulador del sector.

El poder de la tarifa plana

Superioridad sí, pero no exclusiva. Y, de nuevo, la prueba de los datos. Los operadores móviles virtuales -los OMV, más reducidos y de menor coste, que alquilan la infraestructura de los mayores- continuaron ganando clientes en 2012 y ya suponen el 8,9% del mercado. Aunque el futuro a medio plazo, apuntan en el sector, parece deparar una concentración con los grandes (fusiones o absorciones), lo cierto es que a día de hoy tenemos 26 comensales para una tarta más pequeña, donde «domina la dictadura de la tarifa plana», señala Miralles.

De hecho, el principal detonante de los últimos movimientos del mercado, el paquete Movistar Fusión, se basa en ese mismo concepto. Desde el 1 de octubre ofrece servicios de móvil, fijo y ADSL (10 MB) a un único precio (60,3 euros al mes la tarifa básica, IVA incluido), con la posibilidad de sumar televisión de pago (aproximándose así a los 100 euros). La operadora empezó a remontar el vuelo tras meses de caídas de clientes, logrando una ganancia neta de 130.000 líneas en el último trimestre al superar el millón de usuarios en este nuevo servicio.

La reacción de sus principales rivales no se hizo esperar, lanzando ofertas similares, aunque con diferencias. Vodafone permite más minutos en llamadas gratis, pero encarece algo la tarifa final (seis euros más al mes), Orange se centra en el precio (apenas 52 euros mensuales su paquete básico), Jazztel da la mayor potencia en banda ancha (ADSL) y no exige permanencia ni otros compromisos, pero incluye menos prestaciones, mientras que Ono reduce al mínimo el precio (48 euros) a costa de acotar también los servicios de móvil. Y una pega común, estas ofertas se dirigen fundamentalmente a los nuevos clientes; no suelen excluir a los actuales, pero tampoco se promocionan de forma especial entre ellos, de modo que el que no se mueve puede salir perjudicado.

Esta combinación de servicios (unos más cotizados, otros deficitarios) permite abaratar tarifas que, a su vez, han contribuido a la caída de ingresos medios por línea (un 10% menos en 2012, hasta los 59,5 euros). Pero con la guerra de precios quedaron por el camino las subvenciones (y regalos) de terminales, que junto a los ajustes en la modalidad prepago han contribuido a un descenso anual del 20% en las ventas de teléfonos móviles.