denuncia vecinal

Los chatarreros expolian el Llano de las Maravillas

Los vecinos temen dejar deshabitada su vivienda, aunque sea pocas horas, porque temen ser los próximos asaltados por estos ladrones

CHICLANA. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los vecinos del Llano de las Maravillas no temen andar solos a oscuras por los carriles, los conocen. Lo que verdaderamente temen es salir de su casa y dejarla deshabitada, aunque solo sea un par de horas.

La experiencia de los últimos meses les hace permanecer 'de guardia', al menos un miembro de la familia, porque las que se quedan vacías son las más golosas para los cacos. Estos aparecen (aunque nadie los ve) algún día a la semana, o en ocasiones distintas durante el mismo día, para sustraer cualquier elemento que pueda servirles para venderlo como chatarra. «Solo queda que se lleven el hierro de los cimientos de alguna casa», señala una vecina.

Los más codiciados son los contadores de agua que, de bronce, tienen un mayor precio en el mercado y el ladrón no necesita allanar la morada. Esto ha ocurrido en una decena de viviendas del Llano de Las Maravillas últimamente, pero el hecho de que solo unas 40 familias vivan en un espacio donde hay cerca de 200 casas con mucho terreno, da facilidades a los cacos para introducirse en las parcelas y llevarse todo lo que puedan: escaleras de piscinas, rejas, televisores y hasta cocinas enteras.

«La culpa la tienen los que compran la chatarra, que saben que es robada», aseguran algunos chiclaneros de esta zona de Chiclana, próximo a Campano. Además el perjuicio es doble, porque los ladrones están dispuestos a destrozar todos los obstáculos que encuentren para lograr su objetivo. Sobre todo en el caso de los contadores de agua, muchos se han llevado todo el cableado o han dejado averías por las que se han perdido miles de litros de agua.

Ventaja para los ladrones

La ubicación del Llano de Las Maravillas, con salida a la carretera, o los muros que guardan la intimidad de las casas son los principales beneficios que los que viven allí creen que tienen los ladrones. A ello se suma el recelo de algunos a denunciar si cogen a alguno con las manos en la masa, «porque sabemos que en poco tiempo estarán en la calle y tememos que la tomen con nosotros».

Todo ello ha llevado a los vecinos a dirigirse a la Guardia Civil para solicitar un refuerzo de vigilancia. Por su parte, la Policía Local, aunque no tiene constancia de dicho problema por ser competencia del Instituto Armado, «se ha puesto a su disposición para trabajar de forma conjunta y buscar soluciones», explicó el edil del área, Agustín Díaz. Añadiendo que se van a «interesar por aportar ideas y personal para las acciones que haya que realizar».