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Una huelga puede dejar sin comedor escolar este martes a los centros de la Bahía

Casi una treintena de centros de toda la Bahía podría quedarse sin comida a la vuelta de las vacaciones de Navidad

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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La situación ya tiene tintes dramáticos. Los empleados no pueden soportar más los retrasos y están dispuestos a hacer lo que sea para que se abonen sus nóminas. Entre las medidas se encuentra la puesta en marcha de una huelga que afectará al servicio de comedores de casi una treintena de centros de toda la Bahía. Lo que significa que el próximo martes es muy posible que no se pueda atender a esta demanda en los colegios ante la falta de alimentos.

La empresa Brassica, que se encarga del suministro de comida a diferentes colegios, sigue acumulando retrasos y deudas, mientras que la plantilla no está dispuesta a seguir trabajando sin cobrar. Ayer el personal de transporte, oficinas y almacén inició una huelga con una protesta a las puertas de la nave que posee esta compañía en el polígono de Fabricas. Estos empleados suman entre tres y cinco nóminas sin cobrar. Además fueron arropados por el personal propio de los comedores y los antiguos trabajadores del cuartel de Camposoto, a los que se les deben dinero tras haber creado una cooperativa para coger la gestión.

Este grupo ha sido el primero en ponerse en huelga, pero el viernes le seguirán las encargadas de los comedores, si no se llega a una solución antes. Lo que significa que a partir del martes habrá problemas de suministros, mientras que el viernes ni siquiera acudirá el personal que atiende a los menores en los centros. Este problema afectará a todos los municipios de la Bahía aunque el más perjudicado será San Fernando que cuenta con diez colegios que dependen de Brassica. Es el caso del de Constitución, el Servando Camúñez, el Juan Sebastián El Cano, San Ignacio, Casería, Eryteeia, Raimundo Rivero, Reina de la Paz, Los Esteros y la Ardila. En El Puerto son siete los centros afectados. Entre ellos el de Valdelagrana, Las Nieves, La Florida, Costa Oeste, Sagrado Corazón, la Gaviota y Sericícola. En Chiclana hay cinco entre ellos Alameda, Al Andalus, El Castillo y Serafín Andrade. En la capital hay tres y uno en Puerto Real. Aunque la mayoría de centros afectados se encuentra en el campo de Gibraltar.

Protestas a la puerta de casa

Pero la huelga no ha sido la única acción que han realizado los trabajadores de Brassica. Durante estas fiestas han ido en varias ocasiones a protestar a la puerta de la casa del jefe. El 24 y el 31 de diciembre, coincidiendo con los días claves de las fiestas. Incluso llegaron empleados de otros puntos de España y que Brassica cuenta con una plantilla de 1.500 personas que están pasando unas semanas complicadas, ya que en muchos casos se encuentran totalmente ahogados por la acumulación de retrasos.

«El paro es indefinido hasta que se arregle la situación. Lo estamos pasando mal y no me refirieron solo a los Reyes y las Navidades sino a todo lo que se está sufriendo por pasar un mes y otro mes sin cobrar», explicó el delegado sindical Antonio Cavilla. Todo ello cuando precisamente el martes se está pendiente de una actuación del Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (SERCLA). De esta reunión se puede aliviar o recrudecer la actual situación. Por lo que habrá qué esperar para ver si se resuelve o no el conflicto.

Y todo ello con la promesa de la empresa de por medio, de pagar lo que debe, algo que nunca sucede. Si bien alega la falta de pagos y retrasos por parte de la Junta de Andalucía. Aun así, los trabajadores aseguran haber tenido en las manos un informe de la Administración regional, que reconoce las deudas, pero también el haber realizado el pago de importantes sumas de dinero para evitar llegar a esta situación.

También se hablaba de la posibilidad de que Brassica realizara la cesión del servicio de cafetería de hospitales en Huelva para conseguir capital con el que solventar la crisis que le acecha y que por día se hace peor. Y todo ello con el temor de la plantilla a que se dé el cerrojazo y se queden sin nada. Incluso temen que si la situación continúa sea inviable otro tipo de salidas, como que otra empresa coja el servicio. Para hacerlo tiene que hacerse cargo tanto del personal contratado como de las deudas y la media de retrasos por empleados se sitúan en los tres meses. En el caso de las empleadas de los comedores tan solo han cobrado los 15 días lectivos de septiembre.