PAN Y CIRCO

LO QUE QUEDA DEL VIRGILI

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Hacía cinco años que no iba a ver un partido del Virgili. Entonces ya uno añoraba la época dorada de los noventa, cuando Bareta, Ramoncito o David eran capaces de arrodillar a los mejores jugadores del sala sobre el parqué del Portillo. El sábado pasado me reencontré con el Virgili... o lo que queda de él.

El equipo 'panadero', como lo llamaban en la radio (sí, radiaban sus partidos), ya no juega en el Portillo. Ahora espera cada semana la orden del Ayuntamiento que lo lleva al Ciudad de Cádiz o al Centro Histórico, según convenga.

Esta vez tocó Ciudad de Cádiz. El rival era el Alcalá, tercer clasificado del Grupo 17 de Tercera. Dos divisiones por debajo de Plata. Aquí también han pesado los años. Al menos la entrada es gratis.

Lo que vi los siguientes 40 minutos no tiene absolutamente nada que ver, excepto por el nombre que figura en el escudo, con la mencionada época de los 90. Y que me perdone el míster Barroso y los Jara, Guerra, Rosano, Rafa o Jony, porque gracias a ellos el equipo sigue, al menos, respirando.

Pero dudo mucho que del Virgili actual salgan jugadores como Sergio, Álex del Amor o Aicardo (éste último a nivel mundial). Creo que la de hace cinco años fue la última gran cosecha gaditana. Los hornos están apagados.

Nadie cree ni apoya a este equipo amén de Seguridad Serramar, su único sustento. Siempre hubo crisis económica en el Virgili pero ahora da la sensación de que el equipo está dando sus últimos coletazos.

Los primeros que hemos decidido apagar el horno del 'futbito' gaditano hemos sido los aficionados al balompié. Entregados a nuestro Cádiz Club de Fútbol, hemos olvidado otro equipo que reflejaba la idiosincracia de la Tacita a golpe de balón.

No puedo lamentar la falta de patrocinios si yo fui el primero que dejó de ir a verlos. Voy a volver. La semana que viene contra el líder ¡Vamos Virgili!