Lluvia, sol y riqueza

Muchos de los españoles que han trabajado durante años, por ejemplo, en Francia, para después instalarse definitivamente en España, no paran de restregarnos lo «adelantado» que está el país galo con relación a nosotros. Reinando Felipe IV, el Conde duque de Olivares ya notó que Francia, con más territorio, más habitantes y menos sequías que España, se recuperaba antes que nuestra patria de las pérdidas de la guerra; lo cual no comporta que estén más «adelantados» que nosotros, sino más favorecidos por la naturaleza en varios aspectos. En contrapartida, el soleado clima español ha propiciado el surgimiento del turismo y, consiguientemente, el que España cuente, como saben los técnicos de empresas turísticas, con las mejores infraestructuras hoteleras del mundo. Sin embargo, lo bueno de España (que no es poco), nunca lo reconocen los papanatas ni el vulgo. ¡Esa es la cuestión!