Votantes hacen cola en el barrio de Queens, Nueva York. :: REUTERS
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Nueva York vota entre escombros

Los afectados por el huracán 'Sandy' se las arreglaron como pudieron para depositar su papeleta en las urnas

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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La mayoría de los vecinos de Rockaways (Queens) que tienen la suerte de haber salvado sus casas de los estragos de 'Sandy' siguen sin luz, calefacción y agua caliente. Sus calles son un lodazal donde se mezclan la arena de la cercana playa con bolsas de basura y otros restos del destrozo. La escuela pública donde los electores han votado toda la vida es un sólido edificio de 1930 que luce intacto desde el exterior. Pero tampoco allí ha llegado la electricidad, lo que ha forzado a las autoridades a instalar las máquinas para votar bajo una carpa improvisada en el patio del colegio. Un generador traído por los equipos de rescate calienta el ambiente, mientras los electores aguardan estoicamente bajo un intenso frío a que les llegue el turno de marcar la papeleta con su opción a la Casa Blanca.

Imágenes similares se repetían ayer por las zonas más maltratadas por el huracán. Variaba el tamaño de las colas, pero todo el que pudo desplazarse encontró una fórmula para votar. Especialmente en Nueva York, cuyo gobernador arbitró una medida para que los residentes ejercieran su derecho en cualquiera de las mesas electorales del Estado. Esto facilitó la tarea en los suburbios de Long Island, donde unas 220.000 personas todavía seguían a oscuras.

Para Ivette Mercedes, coordinadora de un centro de votación en el Lower East Side, la jornada electoral ha estado «bien organizada» y el cambio de ubicación de algunas mesas en este área de Manhattan afectada por la tormenta no ha resultado un gran contratiempo. «No creo que la gente tenga problemas para acudir a las urnas. Las opciones son muchas. A veces solo hay que caminar unos metros más allá del lugar habitual». Para los vecinos no todo fue coser y cantar. Algunos esbozaban una sonrisa de alivio, como de misión cumplida, cuando por fin completaban el trámite. Otros no lograron sacudirse la ansiedad ni siquiera después de votar, frustrados por largas horas de espera y los enredos propios de un sistema improvisado en el último momento.

La situación parecía más caótica al otro lado del río Hudson, en Hoboken, una de las ciudades de Nueva Jersey más golpeadas por 'Sandy', a tiro de piedra de la Gran Manzana. Allí se amontonaban las quejas sobre máquinas rotas y lugares de votación desplazados. «Es inaceptable. El martes, cuando llamé al ayuntamiento me dijeron que fuese a mi centro habitual», explicó Adora Agim, una ingeniera de 38 años, contrariada por no haber recibido información del cambio de su mesa electoral.

En medio de tantos contratiempos, las encuestas coinciden en la escasa incidencia de 'Sandy' en el resultado de las elecciones en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut: los tres Estados irán a parar al saco de Barack Obama. Durante toda la jornada se sucedieron los mensajes cruzados. Los optimistas, apelando a la lección ofrecida por la ciudadanía y presumiendo incluso del estado del tiempo -soleado y ligeramente frío- para subrayar el civismo y la determinación que presidio las votaciones. Los más negativos, aprovechando las cámaras y los micrófonos que se acercaban hasta sus barrios para denunciar la lentitud con la que se resuelven sus problemas más perentorios. Nadie ha recibido más críticas que las compañías eléctricas, cuyas precarias infraestructuras dificultan enormemente la vuelta a la normalidad.

Nada más caer el telón del día electoral, Nueva York y su entorno se preparan para recibir hoy otra tormenta de impredecibles consecuencias. Aunque los meteorólogos hablan de un debilitamiento en las últimas horas, la ciudad se prepara para una nueva subida de las aguas entre 30 centímetros y 1,3 metros. Las autoridades ya han dado la orden de evacuación en algunas áreas costeras afectadas por 'Sandy'.