El comedor de Sol y Vida también tiene duchas y lavandería. :: L.R.
EL PUERTO

Un 20% más de portuenses acude al comedor social

Sol y Vida, que se sostiene con el banco de alimentos y la aportación municipal, atiende a 120 personas y nota el empobrecimiento de la clase media

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Hasta un 20% más de personas que no cuentan ya con recursos para alimentarse. Este es el triste dato que ha detectado la asociación portuense Sol y Vida, que atiende a diario entre cien y ciento veinte personas en su comedor social de la calle Cruces. En lo que va de año se ha registrado un incremento de usuarios que está vinculado con el aumento del paro y el empobrecimiento de la clase media. Las aportaciones del banco de alimentos y del Ayuntamiento portuense, además de las donaciones, están, por el momento, sosteniendo a la organización, que originariamente asistía a transeúntes y mendigos y que ahora alivia la situación de muchas personas cuyas condiciones económicas han caído en picado.

De hecho, durante el pasado verano, Sol y Vida montó con la colaboración del área de Bienestar Social un turno especial para unos sesenta niños en su comedor. Algo que, según la presidenta del colectivo, María del Carmen Cerezo, se interrumpió cuando se retomó el curso escolar y los pequeños volvieron a comer en sus centros. Pero el día a día de muchas familias es desesperado. «Las madres vienen a pedirnos porque no tienen con qué dar de desayunar a sus hijos». En situaciones puntuales, como estas, Sol y Vida responde de inmediato. «No hacemos más preguntas ni pedimos nada, directamente respondemos a la necesidad más importante, y es que los niños no pueden estar sin comer». Pero el colectivo tiene registradas a unas cincuenta familias a las que, desde hace dos años, proporciona lotes de alimentos.

Alivio para Cáritas

Esta iniciativa se adoptó para aliviar la alta demanda de Cáritas, que también se encuentra desbordada por la petición de productos básicos, en la parroquia de San Joaquín del Barrio Alto. «Cuando hay mucho, repartimos más. Pero cuando hay poco, tenemos que apañarnos, y no es fácil. Pero aún así estamos saliendo adelante. Hacemos una gran olla de comida y servimos primero, segundo y tercer plato. Y con calidad».

Pero la donación de alimentos, que en El Puerto también realizan organizaciones como Cruz Roja y Adra, está generando problemas de pillaje. Y es que algunos usuarios, conocedores del sistema, intentan obtener productos de todas las instituciones. «Está claro que el que pide comida no lo hace por gusto, pero nos han llegado voces de que algunos se dedican a venderlas y eso hay que pararlo».

Este es uno de los motivos por los que la concejala de Bienestar Social, Mariola Tocino, ha iniciado una ronda de reuniones con los diferentes colectivos. Fuentes municipales confirmaron que la edil popular quiere mejorar el sistema de reparto para que sea lo más equitativo posible y evitar así la picaresca que se está detectando. Pero el área no solo quiere quedarse ahí y en breve presentará un programa especial para combatir la escalada de pobreza en la ciudad, en coordinación con estas entidades sin ánimo de lucro.

A este respecto, otro de los colectivos que trabaja en pro de los más desfavorecidos es el Foro Social, al que suelen acudir los afectados por desahucios. Precisamente hace escasos días se logró evitar uno de una vivienda de la empresa municipal Suvipuerto. El portavoz del Foro, Rafael Portela, confirmó que se había logrado llegar a un acuerdo -con el pago a plazos de la deuda contraída- para que una familia con varios hijos no se quedara en la calle.