Un éxito incuestionable

Los ciudadanos, y los medios de comunicación que deben ser una correa de transmisión de sus pensamientos e ideas, son muy dados a la crítica pero entendida como búsqueda de detalles a mejorar, de defectos.

El espíritu crítico es una de las más saludables actitudes de cualquier persona o colectivo pero también incluye el halago, siquiera el reconocimiento, cuando parece bien ganado. Es decir, la crítica también incluye el aplauso.

Y la Gran Regata 2012 es uno de los acontecimientos locales que parece merecerlo. Bien es verdad que la conmemoración del Bicentenario de la Constitución de 1812 ha podido resultar decepcionante en algunos aspectos. Sobre todo, en los relacionados con grandes infraestructuras que, por una cuestión de motivación grupal, se asociaron a la celebración. La pésima gestión del Gobierno de Rodríguez Zapatero y el ninguneo que dedicó al gran año de Cádiz, unidos a la desorientación de la Junta de Andalucía, hicieron que grandes proyectos como el AVE, el segundo puente sobre la Bahía, el nuevo hospital Puerta del Mar, el castillo de San Sebastián y tantos otros se hayan quedado en incumplimientos.

Pero el Bicentenario era más que eso. Había otros apartados. El turístico y promocional (para difundir la imagen de Cádiz como destino de visitas culturales e históricas) era una de ellas. Y ese apartado, gracias al empeño municipal, especialmente, seestá revelando como un éxito.

El hecho de que la Gran Regata haya provocado un millón de visitas al recinto portuario de una ciudad con apenas 130.000 habitantes deja claro el potencial de la cita, y del programa de julio al completo, como atractivo. Esta cita, y todo el mes, han cumplido sobradamente los objetivos económicos, promocionales y festivos.

Hasta el punto de empezar a cambiar la percepción de muchos ciudadanos sobre el Bicentenario.