Sociedad

A GUINEA A TRABAJAR

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dentro de su política de expansión internacional y como posiblemente también habrán hecho otras empresas de la provincia, una constructora de Rota ha encontrado una importante línea de negocio en África. Sus principales proyectos, en este caso, se localizan desde hace meses en Guinea Ecuatorial, lo que ha convertido este país, uno de los más pequeños del continente y con una densidad de población de poco más de 40 habitantes por kilómetro cuadrado, en el destino laboral de numerosos jóvenes y no tan jóvenes roteños. Y en tema de conversación en la villa costera por varios motivos de un tiempo a esta parte.

Las condiciones que ofrece la mencionada empresa resultan cuanto menos llamativas por inusuales. El sueldo ronda los 2.700 euros mensuales, que en principio no está nada mal. Se requieren oficiales de primera o de segunda, que es lo que escasea en la antigua colonia española, para trabajar en la construcción de viviendas. Es lógico si tenemos en cuenta que contrata la mano de obra no cualificada en el propio país africano al resultar mucho más barata, pese a que la renta per cápita ha crecido espectacularmente allí en los últimos años. Y es que el reparto de la riqueza es muy desigual, ya que la misma procede del petróleo.

El alojamiento -al parecer, en un hotel- corre a cuenta de la constructora. También, desayunos, comidas y cenas de lunes a sábados. Los domingos debe costearlas el trabajador, igual que el agua, un bien tan preciado como caro en Guinea, los sietes días de la semana.

El empleado es dado de alta en el país africano. Cotiza allí, no en España, con todo lo que eso conlleva. Uno de los contratados cuenta que, una vez que empiezan a trabajar, perciben 700 euros al mes de los 2.700 que les corresponden. Se supone que para que tengan para sus gastos del día a día. ¿Y el resto? Mil se ingresan en la cuenta bancaria del trabajador para que su familia pueda acceder al dinero y la empresa 'retiene' los otros mil. Esta última cantidad viene a ser una especie de aval para asegurarse que permanece los seis meses inicialmente pactados y no regresa antes de tiempo. Si cumple, percibe los 6.000 euros correspondientes de golpe al finalizar el contrato.

Muchos pensarán que se trata, en definitiva, de otra historia sobre una empresa que se busca la vida fuera de nuestras fronteras ante las escasas posibilidades de negocio que existen actualmente en esta provincia y en el conjunto del país. Pero es también una historia que refleja la realidad de un mercado laboral, el gaditano, que empeora a una velocidad de vértigo y en el que la emigración se ha convertido en una salida para cada vez más personas. Nuestro futuro puede estar también en países como Guinea. ¡Quién lo iba a decir hace no demasiado tiempo! Merece cuanto menos una reflexión.