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El embargo de crudo de la UE inquieta a Irán

Teherán advierte de que la entrada en vigor de la medida de fuerza complica la solución dialogada del conflicto por el programa nuclear

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Seis meses después de su anuncio, el embargo europeo al petróleo iraní ya es una realidad. La Unión Europea, de la mano de Estados Unidos, mantiene en todo lo alto su pulso para intentar que el ahogo económico empuje a la república islámica a congelar su programa nuclear hasta que se aclaren las dudas sobre su naturaleza pacífica.

De momento, la comunidad internacional ha logrado que Teherán vuelva a la mesa de diálogo y en los últimos meses se han celebrado reuniones en Estambul, Bagdad y Moscú, pero apenas ha habido avances. Con todo, la Casa Blanca reiteró ayer su confianza en que la medida europea es «parte esencial» de la estrategia diplomática frente a Irán.

La entrada en vigor oficial del embargo petrolero pone en juego una de las bazas del pulso entre Occidente e Irán, y Said Yalilí, jefe del equipo negociador iraní, envió una carta a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, advirtiéndole de que las «medidas ilegítimas» tendrán un «efecto negativo» en las conversaciones nucleares, lo que adelanta un nuevo fracaso en la próxima reunión técnica prevista para mañana y de nuevo en Estambul.

De cara al exterior, Irán saca pecho y según declaró a la agencia Irna el ministro de Petróleo, Rostam Qasemi, las sanciones «tendrán un efecto positivo en la industria petrolera nacional» porque «se han estudiado todas las posibles opciones para afrontarlas».

El director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC), Ahmad Galebani, también trató de ser positivo. En declaraciones a distintos medios locales, Galebani aseguró que «no hay motivo para estar preocupados» y mostró su confianza en que «en el plazo de un mes nuevos clientes recibirán el total de crudo que se exportaba a Europa». Irán es el tercer exportador de petróleo del mundo y hasta ahora el 20% del suministro lo compraban países de la UE.

Los seguros de los barcos

Al embargo comunitario hay que sumar la prohibición de la venta de equipamiento para el sector y, sobre todo, la negativa de las grandes compañías mundiales a asegurar los barcos que exportan el crudo iraní, lo que ha provocado que algunos clientes, como Corea del Sur, hayan tenido que dejar de comprar y que otros como China y Japón tengan que garantizar las pólizas de seguros. Unas circunstancias adeversas con las que no contaban en Teherán.

La imagen de firmeza hacia el exterior de los iraníes contrasta con el nerviosismo interno al comprobar que las consecuencias de este embargo apenas se han notado, de momento, en el mercado petrolero mundial. Al contrario de lo esperado, el precio del barril ha caído por debajo de los cien dólares (79 euros), lo que ha llevado a Teherán a pedir una reunión de urgencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). A esta bajada de precio hay que sumar una considerable caída de las ventas propias, en un 40% según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Bruselas ha ido reemplazando de forma progresiva en los últimos meses el petróleo iraní por el de Irak, Libia y, sobre todo, Arabia Saudí, lo que ha amortiguado el impacto del castigo en el mercado. La AIE calcula que en total Irán exportaba unos 600.000 barriles diarios a Europa. Grecia (14% de ese volumen), e Italia y España (con el 13% cada uno) eran los países que más crudo recibían de Teherán.

Una de las balas que guarda Irán en la recámara es la del Estrecho de Ormuz. Los rumores en diciembre sobre el posible cierre de este paso estratégico por el que circula en barcos más de un tercio del consumo mundial de petróleo hicieron temblar el mercado energético y pusieron en alerta a Washington, que llegó a movilizar incluso a su Quinta Flota, anclada en Bahréin.

Después de la entrada en vigor del embargo, Irán anuncia nuevas maniobras militares al sur del país en las que la Fuerza Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución probará «todo tipo de misiles de fabricación nacional», según la agencia Fars. Así que el Golfo Pérsico vuelve a estar en alerta.