Una cruzada por la igualdad

Agustín no se separa del balón. Es su juguete favorito, pero aunque tiene dos años, todavía no chuta a gol. No puede caminar, porque no se puede mantener en pie. Nació con problemas motores en las extremidades y aunque su evolución ha sido enorme, gracias a los tratamientos con fisioterapeutas y a los ejercicios que a diario practica con su madre, María, aún no puede moverse con independencia. Él, que es un niño despierto y con sus cinco sentidos siempre alerta, no se rinde. A su corta edad ya ha aprendido a ser un luchador. Así que juega con su balón, le da patadas desde el suelo y gatea a por él una y otra vez. En la playa tampoco para quieto. Su cuerpo y su instinto le piden caminar ya. Pronto le operarán de los pies y es muy probable que mejore bastante.

Pero para su madre, su proceso de recuperación se ha encontrado con una piedra en el camino: la delegación provincial de Educación no le permite matricularse en el colegio Costa Oeste, que es el centro que le corresponde por zona. En cambio, le dan plaza en el José Luis Poullet, que sí cuenta con un monitor de educación especial que atiende a un grupo de alumnos, pero que está bastante más alejado de su hogar. «Su plaza está en el Costa Oeste, que está al lado de casa y además completamente adaptado para discapacitados. Y de hecho mi hijo fue admitido. Pero después lo derivaron al Poullet».

María, dedicada en cuerpo y alma a la recuperación de Agustín, ha requerido a Educación para que rectifique, argumentando que su proceder no se ajusta a la legalidad. «Además es una decisión discriminatoria y según la normativa, la distribución de alumnos con necesidades educativas especiales ha de ser equilibrada para lograr la integración. No se les puede meter a todos en el mismo centro». La madre de Agustín ha acudido varias veces a la delegación, pero no ha conseguido entrevistarse personalmente con la delegada, Blanca Alcántara, aunque sí ha sido atendida por los funcionarios. «Las personas que están allí están de acuerdo con que tiene que haber un monitor, que además es un puesto de trabajo que se crea».

Apoyo del Ayuntamiento

María, que cuenta con el apoyo de la dirección del centro, y de la asociación de madres y padres, también ha sido respaldada por la edil de Educación del Ayuntamiento de El Puerto, María Antonia Martínez, y por el alcalde, Enrique Moresco. Cabe destacar que recientemente el Pleno de la corporación aprobó por unanimidad pedir a la delegación provincial de Educación que dote de monitor al Costa Oeste. Una gestión que se encuentra en trámites, pero sin garantías de que el monitor esté disponible para el inicio del próximo curso. Ella sin embargo no se resigna a esperar tras este anuncio y seguirá insistiendo hasta que Agustín entre en el colegio que le corresponde. «Si ahora que tiene dos años no lucho por él, ¿cómo voy a decirle cuando sea mayor que luche por sus oportunidades y su futuro?».