Nirvana capitalista

En el proyecto Eurovegas los promotores exigen, entre otras cosas, una suspensión del Estatuto del Trabajador. Estamos regresando a la neoesclavitud, sin derechos más allá del que el amo les quiera otorgar voluntariamente. Y de los impuestos no están dispuestos a asumir las leyes sobre el blanqueo y piden también un tratamiento impositivo de risa con años de carencia. Esto contrasta con el trato de Hacienda a los asalariados españoles, que jamás nos ha pasado ni un error involuntario sin multa más intereses. También exigen que no se aplique la legislación del juego sobre identificación de clientes que obtengan premios por encima de una determinada cantidad. Pero vayamos a la salud que, sin ser lo más importante, tampoco es un tema baladí. Piden que puedan entrar los menores y los ludópatas para así, claro está, ir manteniendo los viejos clientes y captando nuevos incautos. En los casinos americanos el alcohol es gratis. Con eso consiguen que los clientes se desinhiban y jueguen más y más a las tragaperras o al bacarrá. Las adicciones se potencian mutuamente, por eso piden que se pueda fumar en ciertas cabinas de los casinos para potenciar el juego compulsivo y de paso cargarse otra ley estatal más. ¿Cuándo aprenderemos?