El 'Kariña', que se entrega hoy, en su acto de botadura en julio de 2010. :: F. J.
CÁDIZ

Navantia pone fin a su etapa más próspera con la entrega del 'Kariña'

El astillero de Puerto Real se queda hoy vacío y sin carga de trabajo alguna con la despedida del séptimo buque de Chávez

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Los astilleros de la Bahía cierran esta tarde uno de sus ciclos de mayor bonanza para entrar en un túnel sin luz en el horizonte. Navantia culmina hoy uno de sus contratos más importantes, que ha servido para mantener a flote las plantas gaditanas durante los últimos cinco años. El astillero de Puerto Real entrega el séptimo buque a Venezuela de los ocho que contrató en 2005. A partir de este momento, la factoría se queda vacía y sin carga de trabajo, aunque la inactividad ya era patente desde comienzos de año. La entrega del patrullero 'Kariña' a la Armada bolivariana pone fin a una de las etapas más prósperas de la industria naval de Cádiz. El astillero de Puerto Real se ha encargado de la construcción de los denominados patrulleros oceánicos de vigilancia (POV). La entrega esa tarde del 'Kariña' supone el punto y final para una familia de buques estratégicos que comenzó con el 'Guaiquerí', continuó con el 'Warao' y siguió con el 'Yekuana'.

El astillero de San Fernando también ha estado vinculado al proyecto venezolano con la construcción de los barcos de vigilancia del litoral. Este modelo, destinado a la protección del tráfico marítimo, lo han integrado el 'Guaicamacuto', el 'Yavire' y el 'Naiguatá'. El cuarto buque de esta familia y octavo del contrato con Venezuela se construirá por transferencia tecnológica en el astillero caribeño de Dianca. La relación con Venezuela durante el período de construcción de esta flota ha sido muy satisfactorio para España y ha servido, entre otras cosas, para estrechar lazos con el Gobierno de Hugo Chávez a través del contralmirante y jefe de la misión naval venezolana en la Bahía, Gerson Padron. Sin embargo, las expectativas de negocio con la república bolivariana siguen en el aire. En cada entrega de barco, las autoridades militares y políticas de Venezuela han mostrado su interés en seguir su relación comercial con Navantia, pero en ningún momento se ha traducido en nuevos contratos.

El futuro de los astilleros gaditanos, concretamente el de las plantas que se dedican a la construcción de barcos militares, Puerto Real y San Fernando, se encuentra en un compás de espera, que puede durar hasta dos años.