Miguel Ángel Fernández Ordóñez, con Luis de Guindos, ayer, en Copenhague. :: KELD NAVNTOFT / EFE
Economia

Alemania cree que la huelga no tuvo el apoyo suficiente para frenar los ajustes

París y Berlín respaldan los Presupuestos y defienden que España necesita terapia de choque para volver a crecer

COPENHAGUE. Actualizado: Guardar
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Los ecos de la huelga general y el Presupuesto español todavía resonaban ayer en la segunda jornada de la cumbre de ministros de Finanzas de la Unión Europea en Copenhague. El titular alemán, Wolfgang Schäuble, ofreció su cobertura al Gobierno de Mariano Rajoy al lanzarse incluso a interpretar el impacto del paro en todo el país. El hombre fuerte de Angela Merkel en materia económica subrayó que la protesta no tuvo «bastante apoyo» como para frenar los ajustes del Ejecutivo. En línea con su colega francés, insistió en que España no tiene más salida que seguir adelante con los recortes porque son indispensables para volver a crecer y generar empleo.

Schäuble, que suena como próximo jefe del influyente Eurogrupo en sustitución de Jean-Claude Juncker, sorprendió con su afilado análisis de la huelga, una cuestión que las autoridades comunitarias han rehuido estos últimos días. Tras las imágenes de violencia difundidas en medio mundo por los incidentes aislados registrados durante las protestas en Barcelona, el ministro germano minimizó el seguimiento global del 29-M y recordó que el esfuerzo con las cuentas públicas es «necesario». «El paro no tuvo bastante apoyo como para impedir que el Gobierno continúe con las reformas», corroboró.

El titular alemán no solo brindó su apoyo al Ejecutivo en plena resaca de la huelga. Convencido de que España necesita «reequilibrarse», como hizo Alemania la década pasada, defendió el tijeretazo asociado a los Presupuestos como una «precondición» para impulsar el crecimiento. Schäuble hizo hincapié en que la receta de austeridad y reformas estructurales no es exclusiva de la UE, sino que las principales instituciones internacionales la han abrazado porque no hay alternativa. «Estoy convencido de que España está en la buena senda para reestructurarse. Es absolutamente necesario, pero estoy esperanzado y confío en el Gobierno», agregó.

«Preocupado»

El estricto Bundesbank fue menos comprensivo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. El presidente del antiguo emisor del todopoderoso marco, Jens Weidmann, aseguró en la capital danesa que la decisión española de relajar el déficit unilateralmente le dejó «preocupado». Weidmann apuntó que la flexibilización, corregida finalmente por la UE, se planteó justo después de que España rubricara el pacto fiscal. Este tratado comunitario, que entrará en vigor una vez haya sido ratificado por los países, consagra el equilibrio presupuestario y la llamada 'regla de oro', la obligatoriedad de mantener el desfase de gasto estructural por debajo del 0,5%.

Francia, el otro pilar de la Unión, optó por un análisis muy medido para referirse a la situación española. El ministro de Finanzas, François Baroin, ratificó su «confianza» en el Gobierno y descartó que su vecino del sur sea una amenaza para el euro. «Hay una verdadera determinación para cumplir los objetivos, en particular el de llegar al 3% de déficit en 2013», indicó. Aunque los socios europeos vigilarán con severidad que este ejercicio se alcance el objetivo del 5,8%, estos días se ha repetido mucho la cifra del 3%, considerada crucial por la UE para blindar la estabilidad de las cuentas públicas.

«Mucha convicción»

Baroin comentó que el ministro de Economía, Luis de Guindos, les explicó el viernes con «mucha convicción» el contenido de los Presupuestos. El titular galo admitió que los recortes representan un «ejercicio difícil, pero obligatorio para todos los países». En su opinión, no hay duda de que España «tiene trabajo por hacer» por la inestabilidad que muestran los mercados, especialmente la prima de riesgo. Sin embargo, recalcó que el Ejecutivo se ha remangado a tiempo y «alcanzará sus objetivos». El carismático ministro de Economía sueco, Anders Borg, también recordó los recelos de los inversores, aunque calificó de «muy buenas» las cuentas y auguró que contribuirán a eliminar la «incertidumbre».

La última jornada de la cumbre en Copenhague buscó, en paralelo, avances en dos asuntos que la UE estudia desde hace varios meses. Los socios consiguieron agilizar la normativa para evitar que en el futuro los contribuyentes paguen el rescate de un banco. En principio, la propuesta definitiva estará lista en el mes de junio, de cara a la reunión de presidentes del G-20 en México. Se estudian cuestiones como la creación de un fondo para sufragar las liquidaciones de las entidades y la obligatoriedad de que elaboren 'testamentos vitales'. Estos documentos servirían para que, ante una intervención de la firma, se sepa rápidamente cuáles son los activos tóxicos.

Los socios también siguen dándole vueltas a la tasa a las transacciones financieras. Tras varios meses de negociaciones, ya se ha llegado a la conclusión de que el bloque está completamente dividido. Por ello, se ha optado por buscar alternativas equivalentes que permitan aumentar la presión fiscal sobre el sector. De momento, las discusiones se centran en seguir el modelo británico de la 'stamp duty', que grava la compraventa de acciones, o aplicar un impuesto directo sobre la actividad de las entidades.