La plastinación permite conservar piezas humanas eternamente. :: Ó. CH.
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Una técnica permite eternizar los cadáveres en forma de plástico

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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María Dolores de Benito, Carmen Ares y Laura Cubero son las tres técnicos que trabajan en el laboratorio de plastinación que dirige el profesor José Fernández Vivero. Estas tres mujeres son las que se encargan de cada una de las fases de preparación por las que debe pasar un cuerpo donado antes de ser transformado en una pieza de plástico gracias a esta técnica avanzada. Detallan que el primer paso, una vez recepcionado el cadáver, es asearlo a fondo e inyectarle un líquido de fijación antiséptico (llamado líquido de Wincler) para evitar la putrefacción. Pasados unos dos meses, se disecciona y se decide si se va a plasticinar o dejar en estado natural a menos cuatro grados de temperatura. Si deciden plasticinarlo, la técnica comienza con meter en acetonas cada pieza seccionada. Se impregnan en varias acetonas, cada vez más puras, para evitar una deshidratación brusca. Luego, se pasa al equipo de infiltración al vacío donde se inyecta las siliconas. El último paso es dejar que la silicona se endurezca para que cada cabeza, articulación o cada órgano adquiera la apariencia de un trozo de plástico.