ANDALUCÍA

San Telmo, en la meta

Arenas sale como caballo ganador en su cuarto intento, mientras Griñán tratará de darle la vuelta las encuestas Arranca la carrera de las andaluzas con la tensión del posible primer cambio político en 30 años

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Esta semana empieza, por fin, la anunciada campaña electoral de las elecciones andaluzas. Por primera vez desde 1982 la tensión de estos comicios está centrada en un posible cambio político en Andalucía. El PP gana en todas las encuestas y su candidato, Javier Arenas, sale en la carrera hacia San Telmo, sede de la Presidencia del Gobierno andaluz, como caballo vencedor. Su actual inquilino, el socialista José Antonio Griñán, no piensa arrojar la toalla. Lo tiene difícil, pero confía en recuperar el voto perdido y evitar una mayoría absoluta del PP. Y aquí entra el protagonismo de los otros candidatos. Diego Valderas (IU) y Martín de la Herrán (UPyD) aspiran a convertirse en llave de gobierno. Incluso Pilar González (PA) pelea con el aliciente de devolver su partido a los escaños del Parlamento.

Este es el panorama a priori de esta campaña en la que se disputan 109 escaños del Parlamento y en la que hay otros aspirantes, como el arquitecto Esteban de Manuel, candidato de Equo, con un vídeo promocional de Fernando Colomo.

Para José Antonio Griñán Martínez, nacido en Madrid hace 64 años, pero de madre malagueña, es el objetivo uno de su campaña. El PSOE afronta las autonómicas con un candidato novato pese a su dilatada carrera política (fue ministro con Felipe González y consejero de los gobiernos de Chaves) y haber sido presidente los últimos tres años.

Tres años, desde abril de 2009, en los que a Griñán todo parece haberle ido mal. La sucesión de Chaves en la presidencia primero y en la secretaría general del PSOE después, ha derivado en diversas broncas en el partido que le ha mantenido ocupado en apagar fuegos internos. A todas sus apuestas le han salido agujeros. Las dimisiones de su número dos en el partido, Rafael Velasco, y la de Luis Pizarro (mano derecha de Chaves) en el Gobierno fueron un varapalo a su autoridad en el PSOE. Esta no mejoró mucho con su fallida apuesta por Carmen Chacón en las primarias de febrero. Sus esforzadas medidas contra la crisis (unas 27 en el último año) se vieron empañadas por un error de bulto, la reforma del sector público sin el consenso con los sindicatos de funcionarios. Estos incendiaron las calles con protestas.

Una situación empeorada por el escándalo de las prejubilaciones falsas y la investigación de la jueza Alaya, que incluso le ha puesto en el punto de mira de su instrucción pese a que el caso es heredado. En el PSOE cuentan que todo ello les restará votos, sobre todo el 'caso de los ERE'. La magistrada ha llamado a declarar en plena campaña electoral a los imputados de más morbo, el exdirector general de Trabajo, Javier Guerrero, y el chófer que le pasaba cocaína, Francisco Trujillo; este tres días antes del 25M.

El paro como lastre del PSOE

Pero nada es comparable al efecto negativo de la crisis económica, la peor conocida. La sangría de parados ha lastrado a Andalucía a sus peores cifras de la democracia, con 1.044.606 personas desempleadas y una tasa del 30% de la población activa.En el PSOE consideran el paro el principal motivo de su pérdida de votos, más de 700.000 en las generales del pasado 20 de noviembre, lo que colocó al PP por delante con más de 9 puntos de diferencia. La esperanza del PSOE radica en que el aumento del PP no superó los 300.000 votos, por lo que el trasvase no ha sido tan importante.

No esperan que este aumente. Los socialistas sustentan su teoría de que el PP llegó a su techo electoral el 20N y que incluso bajarán en apoyos por los recortes del Gobierno de Rajoy, sobre todo la reforma laboral con el despido barato y la subida de impuestos cuando había prometido lo contrario. Pero la mayor confianza del PSOE estriba en movilizar a su electorado tradicional que se quedó en casa. Según la teoría de un exdirigente veterano, con la recuperación al menos de 125.000 votos, el PP no sacaría mayoría absoluta. Con ello se colocarían a menos de 7 puntos del PP, si este mantiene el voto del 20N o baja un poco.

Los socialistas dan por perdido ganar en Almería y Málaga. También ven complicado lo de Cádiz. Sin embargo, sí confían en hacerlo en Jaén, Huelva y Sevilla y apuntalar Córdoba y Granada. En la capital andaluza ambicionan remontar en 10.000 votos. Cuentas todas ellas para no perder más de seis diputados de los 56 que ahora tiene. En definitiva, para darle la vuelta a las encuestas, que le colocan con no más de 48 escaños.

Para movilizar a su electorado, Griñán ha enfocado la campaña en hacer entender que hay dos modelos de gestión política y que el suyo defiende el estado del bienestar, los logros de la sanidad y la educación pública como garantes de no perder derechos sociales en tiempos de crisis. Frente a ello coloca al PP, con privatizaciones de servicios públicos, subida de impuestos y despidos libres, lo que perjudicaría sobre todo a las clases medias y las más débiles. El eslogan de la campaña 'Andalucía, por un camino seguro' es la réplica al del PP de Arenas, 'El cambio andaluz'.

Griñán defenderá los avances, con la vertebración del territorio con modernas infraestructuras (ave, hospitales), de los 30 años de gobiernos socialistas. Lo contrario hará Javier Arenas, que basará su campaña en defender que 30 años es mucho tiempo en el poder y Andalucía necesita un cambio. «No se puede prolongar el pasado, el poder no es eterno», dijo el pasado 28 de febrero en un mitin.

El deseo de cambio

Para el candidato del PP este es su cuarto intento para alcanzar la presidencia de la Junta, tras perder tres veces con Manuel Chaves. Javier Arenas, nacido en Sevilla hace 53 años, pero criado en Olvera (Cádiz), tiene, como le recuerda el PSOE en un vídeo malévolo, una larga trayectoria política. Ha sido concejal de Sevilla, diputado nacional y autonómico y ministro con José María Aznar. Coincide con Griñán en haber sido ambos ministros de Trabajo. Pero en lo que gana a Griñán es en experiencia sobre cómo conducir un partido.

Arenas volvió derrotado por el 14M, pero con ganas de remontar. Lo suyo fue la micropolítica. Emprendió una larga marcha de pueblo en pueblo con dos objetivos, renovar las estructuras y a las personas de su partido e ir calando en la Andalucía del interior. Ha tardado ocho años, pero lo ha conseguido, como quedó patente en las municipales. El PP gobierna en todas las capitales y en la mayoría de las ciudades medias. En las pasadas generales del 20N, el PP fue la primera fuerza en 37 de los 52 municipios de entre 20 a 50.000 habitantes. Nunca antes lo había sido. Aunque todavía se le resistan municipios pequeños, puede decirse que la asignatura de la Andalucía rural casi está superada.

Arenas lleva, en realidad, ocho años de campaña, pateándose Andalucía de cabo a rabo. Es el político más conocido según las encuestas, superando al presidente Griñán. Cuando la crisis y el paro comenzaron a socavar al PSOE, Arenas tenía un partido cohesionado y renovado, con gente joven dispuesta a barrer al adversario. Esto también ha corrido a su favor.

Los alcaldes son su guardia pretoriana, como se ha visto en el Parlamento cuando el PSOE aprobó en solitario la ley que los dejaría fuera estas elecciones. No va a ser así si el Constitucional paraliza su aplicación con el recurso del Gobierno.

Arenas ha hecho una oposición dura al PSOE. No le ha dado respiro y ha logrado llevar la iniciativa política prácticamente casi toda la legislatura desde que Chaves dejó la Junta. El escándalo de los ERE le ha dado munición sobrada. Junto con el paro son su principal arma electoral.

Pero también los 30 años de gobiernos socialistas. El deseo de un cambio político en Andalucía se venía observando en las encuestas desde hace años, pero no ha sido tan patente como en las últimas. Un 72,8% se mostraron a favor de un cambio en la Junta en la última encuesta del Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA). En la misma, había una mayoría que veían a Arenas mejor preparado que Griñán para resolver la crisis.

Las encuestas se han rendido a Javier Arenas, pero el candidato popular está escarmentado desde que en 1996 también le auguraban una victoria y se quedó con las ganas. Por ello trata de aplacar la euforia que ya cunde en el PP con llamadas constantes a la «humildad».

Al PP le salen las cuentas. Con sólo sumar un diputado por provincia a los 47 que ahora tiene obtendría la mayoría absoluta, cifrada en 55 escaños. En el PP cuentan que Jaén se les puede resistir. Posiblemente allí no sumen, pero aspiran a recuperar dos en Sevilla, aunque tampoco ganen en esta provincia. Todo esto tirando a la baja. Los cálculos del PP, según sus encuestas, es obtener más de 58 diputados.

Pero el PP sabe que los ajustes del Gobierno de Rajoy no le benefician, pese a los intentos de este de minimizarlos con el retraso de los presupuestos generales. La campaña coincidirá con las protestas contra la reforma laboral auspiciadas por los sindicatos.

Pero Arenas espera que sus promesas de cambio tranquilo y con guiños a un electorado hastiado de los políticos le beneficien. Repite que eliminará un 50% de cargos públicos, incluidas tres consejerías, y que limitará el cargo de presidente a ocho años.

La ambición de Diego Valderas (Bollullos Par del Condado, 1953) es la de superar su techo en Izquierda Unida. Las encuestas le auguran una subida hasta los ocho diputados. Ahora tiene seis. Sería el colofón a una carrera en la que ha sido candidato otras dos ocasiones. Valderas, también exalcalde de su pueblo y expresidente del Parlamento, ansía bañar de izquierda un posible gobierno de coalición con el PSOE.

El voto desencantado

IU se propone recabar el voto desencantado del PSOE y se ha hecho eco de las reivindicaciones del 15 M con este fin. 'Andalucía, ya es hora. Rebélate', es su eslogan de campaña. Su mensaje es convencer de que el bipartidismo perjudica a Andalucía.Defiende a ultranza lo público, demoniza las privatizaciones y la esclavitud al objetivo del déficit impuesta por Europa, de lo que culpa a la banca.

Como Valderas, Martín de la Herrán (Jerez, 1976), un abogado con estudios en Estados Unidos, pretende convertirse en llave de Gobierno. UPyD ha irrumpido estas elecciones como la gran novedad. Las encuestas le auguran un diputado por Málaga y otro por Sevilla, lo que dificultaría la mayoría absoluta del PP.