Cartas

Cuestión de estado

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Los medios de comunicación hablan, informan profusamente del problema vasco, de ETA, del nacionalismo catalán, del grado de fiscalidad que persigue Cataluña y de los adormilados andaluces, ¿hablan o informan algo sustancial? Nada. Es como haber pasado a mejor vida.

Andalucía tiene el problema más grave que puede tener una sociedad o una persona: El paro. Es ya un distintivo de nuestro pueblo, una destacada y lamentable característica propia. No vale decir que el paro está en todas partes. Doblamos y casi triplicamos algunas zonas del Estado español. No digamos de Europa. Estamos cerca del Tercer Mundo. Y todo esto siendo, como es Andalucía, un país riquísimo, y como bien dice Pilar González, candidata del PA por la provincia de Cádiz a las andaluzas: «No son números (de parados) son personas y dramas».

El problema andaluz no se resuelve desde el centralismo. Lo ha demostrado el PSOE tras tantos años de gobierno en Sevilla y Madrid. Lo demostró el PP cuando gobernó con Aznar. La visión fuertemente centralista que posee este partido ni favoreció entonces, ni favorecería la resolución del problema andaluz, que al ser tan grave necesita un tratamiento específico.

Hablan y hablan de Andalucía porque aquí hay muchos y necesarios votos. Luego si te vi, no me acuerdo. No son partidos andaluces. Sus jefes están en Madrid. Está con ellos, pues nuestra tierra está supeditada, por muchos que nos digan, a los intereses del Estado. A mí, como buen andaluz, eso no me vale. A mí me interesa una agrupación política enraizada, única y exclusivamente, en Andalucía. Que el bien de mi tierra sea su razón de ser.

Por eso suscribo plenamente lo que la candidata andalucista Pilar González quiere, que el paro andaluz, feroz y dramático debe incluirse y figurar como cuestión de estado. Lo proclama a los cuatro vientos y yo absolutamente la acompaño en su proclamación.