Economia

Los socios rubrican el tratado que consagra la austeridad

El nuevo pacto fiscal obliga a plasmar en las constituciones un tope para el déficit bajo supervisión del Tribunal de la UE

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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En un acto sobrio y con un perfil más bajo del que se predecía hace solo unos meses, todos los socios de la UE salvo Reino Unido y República Checa rubricaron ayer el nuevo tratado fiscal del bloque. El acuerdo, concebido como la piedra angular para atajar la crisis de la deuda, obliga a los 25 países firmantes a un estricto control de sus cuentas para garantizar el futuro del euro y la estabilidad del continente. El eje del pacto establece que los gobiernos deberán plasmar en su legislación básica, preferentemente a nivel constitucional, un límite de déficit estructural del 0,5%. Mariano Rajoy recordó que España «lideró este compromiso» con su introducción en la Carta Magna el año pasado.

Denominado 'Tratado de estabilidad, coordinación y gobernanza en la Unión Económica y Monetaria', el texto fue impulsado de manera decidida por Alemania en un intento por propagar por todo el continente su apuesta por la austeridad. Los firmantes no solo deberán respetar el límite del 0,5%, sino que tendrán que autoimponerse mecanismos de corrección en caso de desviaciones. El Tribunal de la UE vigilará la aplicación de la legislación y podrán imponer multas de hasta el 0,1% del PIB de un país si detecta irregularidades. En el caso de los socios del euro, se agilizan las sanciones por no corregir el déficit excesivo.

Con la firma del acuerdo, ahora se abre un delicado proceso de ratificaciones en los 25 países. Irlanda ya ha anunciado que someterá a referéndum su aprobación, lo que deja en el aire su adhesión definitiva porque sus ciudadanos ya dijeron 'no' al Tratado de Lisboa. Esta vez, el problema tiene otra dimensión. El pacto establece que para recibir ayuda financiera -el país fue rescatado a finales de 2010- hay que garantizar su aplicación. Para evitar que las dificultades en algunos países lastren al resto, el texto entrará en vigor en cuanto sea confirmado por doce socios. «Tengo la máxima confianza en ustedes», proclamó Herman Van Rompuy ante los presidentes apostando por un rápido proceso.

Los socios del euro también avanzaron durante la cumbre en otra cuestión que se considera esencial para dejar atrás la crisis de la deuda. Alemania, que hasta ahora se había negado en todo momento, aceptó la unificación de los fondos de rescate temporal y permanente.