María Dolores de Cospedal y Javier Arenas, ambos con gesto pensativo, flanquean a Mariano Rajoy durante el congreso del PP. :: J. MUÑOZ / EFE
ESPAÑA

El Gobierno se siente legitimado por las urnas para culminar todas sus reformas

Cospedal niega que haya acaparado más poder en el PP tras el congreso de Sevilla y defiende que el único ganador es Rajoy

MADRID. Actualizado: Guardar
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La resaca de la primera protesta multitudinaria contra las reformas de Mariano Rajoy no ha provocado ningún dolor de cabeza en el PP, o al menos este es el mensaje que quiere transmitir el partido de puertas para afuera. María Dolores de Cospedal intentó rebajar la trascendencia de las movilizaciones contra los cambios en la legislación laboral que los sindicatos convocaron el domingo en 54 ciudades españoles. «No fue una respuesta ni mucho menos mayoritaria de la sociedad española», zanjó la secretaria general de los populares. Una contestación que repitió en varias ocasiones durante su intenso periplo por ocho medios de comunicación en una sola mañana.

Las críticas de la calle no amilanan a un Gobierno que, según Cospedal, se siente plenamente legitimado para ejecutar sus propuestas económicas. A su juicio, la mayoría absoluta que obtuvo Mariano Rajoy en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre hacen las veces de salvoconducto, porque los ciudadanos otorgaron al presidente «un mandato reformista». Un argumento que tanto el Ejecutivo como el PP utilizan para intentar desactivar las voces de la oposición, en especial de PSOE e IU, que acusan a Rajoy de haber «engañado a los electores» por haber «escondido» planes como los de subir los impuestos o abaratar el despido.

Cospedal, al amparo de esta «legitimación», abogó por no dar ni un paso atrás y mantener «el núcleo central de la reforma» durante la tramitación parlamentaria que convertirá en una ley el decreto que aprobó el Consejo de Ministros el 10 de febrero. Una postura que, al menos en apariencia, contradice a la ministra de Empleo, Fátima Báñez, que animó a las organizaciones sindicales a presentar «propuestas concretas» para entablar una negociación.

A la presidenta de Castilla-La Mancha no le asusta el papel de 'poli malo', que ya le ha tocado interpretar en otras ocasiones, aunque en esta ocasión ha introducido algún matiz. En un intento por evitar que la controversia quede en una pugna entre las centrales obreras y el PP, Cospedal quiso desviar el foco hacia el PSOE.

Cargó las tintas contra la presencia en las manifestaciones del domingo de dirigentes socialistas como el exministro de Trabajo, Valeriano Gómez, o la actual portavoz del grupo parlamentario socialista, Soraya Rodríguez. Calificó de «sorprendente» que abanderen las protestas cuando son «responsables» de que en España «haya cinco millones de parados». Rajoy, durante una de sus intervenciones en el 17 congreso nacional del PP, aseveró que su compromiso «no es con ninguna clase social» y buscó la complicidad de los más desfavorecidos, de aquellas familias que no tienen ningún tipo de ingresos. Cospedal apuntaló esa idea: «El desempleo de nuestro país es una sangría y hay que poner un dique de contención». Para ello, promete que el Ejecutivo «actuará con responsabilidad», aunque reconoció que algunas decisiones no van a ser «populares». La intensa agenda mediatica de Cospedal obedeció a su reciente reelección como secretaria general del PP.

Congreso «equilibrado»

Su poder interno ha crecido de manera notoria, aunque ella se esfuerce por disimularlo. La presidenta de Castilla-La Mancha sabe que existe cierto malestar entre otros barones y otros miembros del Gobierno por ser la única a la que Rajoy ha permitido compaginar su alto cargo en el partido con sus obligaciones institucionales. «Los ministros son ministros y cobran como ministros», apostilló cuando se le interpeló sobre la ausencia de miembros del Ejecutivo en la cúpula de la dirección nacional. Por ello niega la mayor: «Yo no acaparo nada, soy la secretaria general». Hasta ahora, Cospedal ha recibido un sueldo como presidenta de Castilla-La Mancha y otro como número dos del PP. «Ha sido un congreso muy equilibrado, donde todo el mundo está representado; y todo el mundo es todo el mundo», remachó. Cospedal tiene claro que del cónclave de Sevilla solo ha salido un vencedor: Mariano Rajoy.

Eludió hablar de «pesos y contrapesos» en la organización. Fuentes internas aseguran que al presidente del PP andaluz, Javier Arenas, ha perdido capacidad de «hacer sombra» a Cospedal. Aunque se mantiene como vicesecretario general de política territorial, lo que le coloca como número tres en la organización, lo cierto es que Arenas está volcado en la campaña de las elecciones autonómicas en Andalucía, que se celebrará el 25 de marzo. Si vence, tal y como señalan varias encuestas, tendría poco tiempo para dedicarle al partido.