Editorial

Ejército y crisis

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El ministro de Defensa, Pedro Morenés, que realizó ayer su primera comparecencia en el Congreso, marcó sus dos grandes preferencias: la económica, encaminada a conseguir financiación para las necesidades que se están evaluando hasta 2025, y política, tendente a ponderar el papel que España debe desempeñar en el mundo. Como es natural, también su Ministerio deberá contribuir a la salida de la crisis, y lo hará aplicando tres criterios: «Austeridad para reducir los gastos, eficiencia para optimizar recursos y previsibilidad y adaptabilidad para generar confianza». Morenés hubo de sobreponerse ayer a la hostilidad de las minorías radicales, pero tuvo una intervención solvente. Una de las novedades más llamativas que enunció fue la posibilidad de conceder la nacionalidad española a los soldados y marineros extranjeros que «presten más de dos años de servicio en las Fuerzas Armadas». Una medida lógica y plausible, que sin embargo parece indicar que, pese a la crisis, los ejércitos siguen requiriendo voluntarios extranjeros para completar sus plantillas.