El sector agrario sigue siendo la principal fuente de empleo en la comarca serrana. :: A. ROMERO
Sierra

La Sierra solo cuenta con dos trabajadores cotizando por cada uno que está en paro

La comarca contaba en noviembre con 34.026 empleados que están en activo por los 16.615 vecinos que engrosan las listas del paro

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Son números difíciles de sostener pero muy en consonancia con lo que pasa en el resto de la provincia. La pérdida de empleos en la comarca de la Sierra y el aumento del paro es algo que parece no tener límite y eso complica cada vez más la vida diaria de los vecinos de la comarca. Los desahucios de viviendas se suceden y las familias que se ven sin recursos son cada vez más. Un buen termómetro de esta situación es cualquier ayuntamiento de la comarca que se ve saturado a diario con las necesidades que le plantean sus vecinos, ya que necesitan ayuda para comer, pagar la hipoteca, la luz o el agua, entre otras necesidades.

La comarca solo contaba con 34.026 trabajadores cotizando el último día del mes de noviembre, el último dato que da a conocer la Seguridad Social. En ese momento las listas de parados serranas las engrosaban un total de 16.615 personas que acuden al Servicio Andaluz de Empleo con el objetivo de encontrar un trabajo, según los datos que aporta el Instituto Nacional de Empleo que es quien se encarga de las estadísticas del paro. Esto supone que por cada trabajador serrano que está en paro hay 2.04 cotizando a la Seguridad Social, unos datos con los que difícilmente se puede mantener toda la estructura del Estado y todos los gastos que la misma conlleva.

En total, en la comarca serrana viven algo más de 113.000 personas, por lo que lo que lo que cotizan 34.000 personas, en teoría, tendría que ser suficiente para pagar los gastos que generan el resto: pensiones, sanidad, infraestructuras, educación, etc. Estos datos dan una muestra de la escasa productividad que para el Estado tiene la zona aunque esta situación no desentona con el resto de la provincia. Además, la comarca tampoco se caracteriza precisamente por contar con un grado importante de industrialización o un número de empresas importantes como para generar ingresos suficientes a las administraciones públicas.

Provincia

En toda la provincia de Cádiz, a finales de noviembre pasado había 345.977 trabajadores cotizando y 185.007 parados, 1.87 trabajadores por cada uno en desempleo, por lo que la comarca incluso presenta unos datos mejores que la media gaditana. En Andalucía la relación entre cotizantes y parados es mucho mayor, 2.86 por parado, ya que había 2.819.009 cotizantes y 982.477 desempleados a finales del mes pasado; y en España la relación es de 3.89 cotizantes por cada parado, ya que a finales de noviembre había 4.420.642 parados y 17.204.030 cotizantes.

Las tres poblaciones que en teoría deberían de ser los motores económicos de la comarca, por volumen de población al menos, Arcos, Ubrique y Villamartín, presentan unos datos similares al resto de la comarca e incluso peores. Arcos contaba a final de noviembre con 7.017 trabajadores cotizando por los 5.969 parados que tenía. En Ubrique los datos son algo menos negativos que en Arcos ya que se cuenta con 4.484 cotizantes y 2.744 parados, pero en Villamartín son similares a la primera ya que contaba con 3.518 cotizantes y 2.054 parados.

Este baile de cifras no hacen más que poner de manifiesto la situación tan complicada que vive la comarca en lo que a lo laboral se refiere. Sobre todo porque se trata de una zona que no es que esté perdiendo su estructura empresarial propia, que también lo está haciendo, sino que se ha caracterizado porque nunca ha generado suficiente empleo y eso ha obligado a sus vecinos a tener que emigrar como jornaleros a otros puntos de Andalucía, España y Europa, o a buscar empleo en la construcción y desplazarse a diario a zonas como la Costa del Sol, Sevilla, Gibraltar o Huelva.

En lo que a agricultura se refiere, la comarca sigue pendiente de que se desarrollen iniciativas como los Riegos de los Llanos de Villamartín, que lleva décadas tratando de desarrollarse, y las iniciativas novedosas que pretende poner en marcha Arcos como los invernaderos hidropónicos que empleen el CO2 de la Central de Ciclo Combinado para la producción agrícola.