EL TRANVÍA

UNA SOLUCIÓN PARA ACASA

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Lo que está sucediendo con las trabajadoras del servicio de atención a domicilio, Acasa, hace tiempo que ha sobrepasado todos los límites. Y entre las mismas se están viviendo auténticos dramas por culpa de unas administraciones que están ofreciendo un penoso espectáculo con su cruce de reproches sobre quién es la responsable de que no haya mes en el que cobren puntualmente. Han llegado a acumularse varias mensualidades de retraso y eso, en una plantilla en la que el sueldo medio no llega a los mil euros, es más que complicado de sobrellevar. Y más todavía cuando se dan casos -y bastante más de uno- en los que toda una familia depende de esa nómina.

Creo que no es mucho suponer que a las empleadas de Acasa lo que menos les importa es quién tiene la culpa; lo único que quieren es cobrar lo que les corresponde y cuando les corresponde. Y, la verdad, tampoco creo que sea demasiado pedir, pese a los tiempos que corren, porque conviene tener presente que se trata de un servicio que contrata una administración pública y que, en este caso, se supone que la Junta transfiere -o debe transferir- el dinero correspondiente puntualmente. El ente autonómico dice que lo hace, excepto este último mes, el Ayuntamiento que no. Y en esas estamos, en el estéril y vergonzoso cruce de reproches mencionado anteriormente.

Puestos a buscar culpables, también se podrían encontrar algunos en el anterior gobierno municipal, que habría desviado una parte de lo transferido en su momento por la Junta para el servicio de ayuda a domicilio, destinándolo, al parecer, al pago de las nóminas de la plantilla municipal. Vamos, lo que se dice desvestir a un santo para vestir a otro, por decirlo de una manera suave.

Pero da igual quién o quiénes tengan la culpa. La cuestión es que el conflicto de Acasa no se sostiene más. Urge una solución definitiva y no parches provisionales. ¿Es tan complicado?