La deuda germana pincha pero la bolsa se hunde por el nerviosismo inversor

Alemania ha empezado a sufrir este miércoles en carne propia las consecuencias de la crisis de la deuda. Su todopoderoso bono a diez años, hasta ahora refugio de los inversores frente a las turbulencias de los mercados, ya no les atrae. La nula rentabilidad ofrecida, negativa en términos reales -un interés medio del 1,98%, frente al 2,9% de inflación interanual del pasado octubre- hizo que fracasara, por vez primera, una subasta de títulos públicos germanos. Frente a una oferta de 6.000 millones, la colocación se limitó a 3.600 y fue el Bundesbank quien se hizo con el 40%.

El nerviosismo de la crisis de la deuda soberana se extendió a las bolsas de valores, y fueron la italiana y la española las más perjudicadas. Los expertos concedieron escasa importancia a la línea de crédito de urgencia abierta por el Fondo Monetario Internacional de la que países solventes, como Italia y España, podrían ser beneficiarios. El Ibex-35 de los principales valores de la Bolsa de Madrid perdió ayer el 2,09% hasta cerrar en 7.739,3 unidades. Fue, con excepción de Milán, que retrocedió el 2,6%, el indicador que más sufrió. Al cierre, la bolsa de Fráncfort cedió el 1,44%, París el 1,68% y Londres el 1,29%.

La agencia alemana de deuda atribuyó el pinchazo de la subasta al «extremo nerviosismo» del mercado. El resultado de la subasta alemana representó un alivio para la prima de riesgo de España, que descendió hasta 456 puntos básicos desde los 469 de la víspera.

Italia ha empezado a tomar iniciativas para apoyar su deuda. La Asociación Bancaria Italiana ha convocado dos jornadas 'sin comisiones' bancarias para, en una estrategia propia de los grandes almacenes o de las cadenas de establecimientos de productos informáticos, animar a los ahorradores particulares a invertir en títulos de la propia deuda.