Tras el atentado del 11M

Después de casi ocho años del atentado del 11M, que costó la vida a 192 personas, seguimos sin saber quiénes fueron los cerebros criminales que lo planearon, quiénes hicieron la labor logística, lo único que sabemos es que unos terroristas marroquíes pusieron las bombas en los trenes. Estos terroristas, después de salir ilesos del atentado, se suicidan ¡venga ya! Siempre he pensado que ETA tiene un as en la manga. Mientras ese as produzca miedo en alguien, ETA conseguirá todo lo que quiera. Antes del 22M la banda estaba en la UVI, un pequeño empujoncito y acaba en el tanatorio, en cambio se le dio un balón de oxígeno legalizando a Bildu. Esto es muy sospechoso y preocupante.

Para terminar con ETA, el estado dispone de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, de la Justicia y del Estado de Derecho. Por este camino se debe y se puede derrotar a los terroristas. El anuncio del cese de la violencia y otros que se producirán antes del 20N, no son más que actos de esta comedia siniestra. Un gobierno fuerte acabaría con ETA, habría vencedores que serían la democracia, el Estado de Derecho y las víctimas, y los vencidos serían los asesinos que tendrían que ser juzgados y cumplir sus condenas y, aquellos que no se sabe por qué les apoyan. Todo lo demás no son otra cosa que una bajada de pantalones cobarde y obscena del Estado de Derecho y de la democracia y una traición a las víctimas, y una victoria para los terroristas.