PAN Y CIRCO

ESTRELLA DE HOJALATA

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A los españoles nos encanta protestar y, sobre todo, si hablamos de fútbol. Parece que hoy en día solo los seguidores del Barcelona están alejados de ese noble arte, pero el caso es que a algunos nos cuesta quedarnos indiferentes cuando vemos los batacazos que se va metiendo la selección española allá por donde va.

Todavía nos acordamos de la paliza que nos dieron en Argentina (4-1), y el repaso en Portugal (4-0), el tedioso empate ante México (1-1), por no hablar de las dos últimas derrotas, ante Italia (2-1) e Inglaterra (1-0). Está claro que no deben saltar las alarmas, pero no nos gusta ver perder prestigio a nuestro equipo y que la estrella de campeones del mundo se vaya arrastrando por todos los terrenos de juego de los países en los que pagan por vernos jugar. Antes éramos los campeones del mundo de partidos amistosos y ahora somos los campeones del mundo a secas. Pero eso no significa que no haya que emplearse a fondo y ganar, que esos países que visitamos están deseando presumir de que no seremos tan campeones del mundo cuando tropezamos una y otra vez, una y otra vez.

Criticar a Del Bosque sonaría a locura, pero no debe irse de rositas. Él nunca ha sido considerado un estratega, un Mourinho del fútbol, sino más bien un alineador, un conciliador. El bloque se lo ha encontrado hecho, como Pep Guardiola en el Barcelona, con la diferencia que no tenemos a Messi, tenemos a Silva que sigue siendo suplente porque él quiere, y se sigue apostando por Fernando Torres en estos momentos en los que hay delanteros mucho más en forma.

Seguro que los jugadores tienen ganas de terminar el año con buen sabor de boca, el año siguiente al mayor éxito de nuestro fútbol hemos sido primeros en nuestro grupo para la Eurocopa, qué menos, pero nuestra estrella brilla menos y está en manos de todos drenar la sangría de prestigio.