Editorial

Deberes propios y europeos

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La subida desbocada de la prima de riesgo de la deuda española, que ha llegado a superar los 500 puntos, ha generado tensión en los mercados y temor a una hipotética bancarrota. Sin embargo, la vicepresidenta económica Elena Salgado salió ayer al paso de la situación diciendo que «nuestro país sigue financiándose sin ningún problema y la demanda continúa siendo significativa». Para la ministra, el diferencial entre el 'bund' alemán y el bono español a diez años «no es suficiente para explicar las tensiones vividas a lo largo de los últimos días». La ministra puso de relieve que no es un problema exclusivo de España ya que 12 de los 17 países de la Eurozona sufrieron fuertes repuntes en su prima de riesgo. Pese a la tranquilidad que puedan infundir estas palabras y el posible efecto benéfico de los resultados electorales en España, es evidente que Europa tiene un importante desafío ante las turbulencias de los mercados. Los países miembros deben hacer los deberes asignados y resolver sus desajustes, pero la falta de sintonía y la imprevisión en Bruselas no tiene que suponer un problema añadido.