Economia

Bruselas le dice a España que se ayude «a sí misma»

Las compras del BCE rebajan la prima de riesgo hasta los 441 puntos en una jornada caótica por la confusión en las mediciones

MADRID. Actualizado: Guardar
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El apremio con que el presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero se dirigió a las autoridades europeas en demanda de auxilio frente al ataque de los especuladores contra la deuda española ha recibido una tibia respuesta del Ejecutivo de Bruselas. «Lo más importante es que España se ayude a sí misma», puntualizó el portavoz económico Amadeo Altafaj, tras afirmar que «todas las instituciones comunitarias» están apoyando ya a España.

«La respuesta a la crisis -insistió- no es algo que deba venir solo de las instituciones europeas». En su opinión, la principal causa del castigo que está sufriendo la deuda española es el nerviosismo de los inversores, que aconsejó combatir con actuaciones decididas de los gobiernos. En vísperas de las elecciones generales, sugirió que el gabinete que salga de la consulta de mañana tendrá que estar preparado para tomar «medidas adicionales» de ajuste con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.

Alabó los esfuerzos del Gobierno central y las autonomías para corregir las desviaciones en la ejecución de los Presupuestos, pero explicó que el parón económico reducirá los ingresos, por lo que el Ejecutivo que salga de las urnas tendrá que considerar la aplicación de más reformas. Precisó que el llamamiento que se hace a España «es válido para cualquier país europeo», en especial para los que sufren mayores presiones. «Solo si actúan de este modo -apostilló-, inspirarán confianza».

Altafaj dio igualmente la cara por el Banco Central Europeo, a quien Zapatero reclamó la adopción de «soluciones inmediatas» en defensa de la moneda común, pero también de los países miembros. En su opinión, las compras que está realizando en el mercado secundario de deuda española e italiana están siendo decisivas y el presidente de la institución monetaria desempeña un «papel clave» en esta crisis.

Mientras tanto, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, reiteró sus mensajes tranquilizadores sobre el impacto que sobre las cuentas públicas puedan tener los ataques que sufre estos días la deuda española, que no dudó en calificar de «marginal». Las emisiones de este año se han llevado a cabo en un 89% a un coste medio que se sitúa por debajo del 4%, cuando el mínimo histórico anual es del 3,5%. Puesto que la vida media de la deuda es de 6,7 años, «harían falta 7 años de amortizaciones y renovaciones al tipo de interés actual» para que los niveles marcados representaran una verdadera preocupación.

Ante el cierre de 2011, es factible asumir la carga de intereses incrementada, porque el Tesoro siempre presupuesta por encima de sus necesidades y ahora mismo hay 3.000 millones de margen de maniobra. Esta estrategia permitió el pasado año realizar las emisiones extra para cubrir los compromisos de préstamo a Grecia.

Las fuertes fluctuaciones en el mercado de deuda no sirvieron para tranquilizar, sino para despistar a los observadores. Fue una sesión caótica, en la que la prima de riesgo acabó al cierre de los mercados en 441 puntos, por debajo de los 459 de la clausura del día anterior. La italiana, por su parte, cerró en 468 puntos frente a 495 del jueves. Las compras de títulos por el BCE sirvieron de alivio, pero la tensión inicial estuvo motivada porque los procedimientos de medida introdujeron una gran confusión.

Menos que Italia

La ministra de Economía puso todo el empeño en destacar que «en ningún momento la prima de riesgo española ha marcado máximos, ni ha estado por encima de la italiana». Esto último no ocurre desde el pasado mes de agosto, y las autoridades económicas saben que si ese orden cambia, la ofensiva se puede intensificar.

Salgado pasó de rebatir a las agencias de calificación -a las que descalificó una vez más, por lo injusto de sus 'notas'- a corregir a las agencias de información financiera. Explicó que, durante la mañana, el valor de 520 puntos que una de ellas atribuyó a la prima de riesgo se había calculado usando como referencia títulos del mismo plazo de diez años, pero de fecha de vencimiento distinta para el caso alemán y el español, cuando de este último no había liquidez suficiente para calcularlo.

Las comparaciones no eran homogéneas porque cuanto más tiempo falta para que el inversor recupere el dinero la rentabilidad es más alta. Esa diferencia, unida a la caída del interés del bono alemán, justificaría una escalada que en verdad no existió. Transcurridas varias horas, las agencias rectificaron.