El vicepresidente de Política Territorial Manuel Chaves visitó las instalaciones. :: ANTONIO VÁZQUEZ
manuel chaves en san fernando

San Vicente se lanza al mercado de la sal

El cambio de la actual normativa permitirá la comercialización de productos artesanales como la flor de sal o la marina virgen

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En toda la Bahía tan solo quedan 5.000 hectáreas de salinas y de todas únicamente cuatro con carácter artesanal. Entre ellas se encuentra la salina San Vicente que lleva años peleando por una modificación del código técnico sanitario que permita la comercialización de sales específicas obtenidas con manejo y trazado manual. El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto a favor de estas producciones y en concreto de la denominación correspondiente a la sal marina virgen y la flor de sal.

Ayer el vicepresidente de Política Territorial, Manuel Chaves, acudió a las instalaciones de la propia salina San Vicente para explicar lo que significará este cambio de la normativa. No fue un lugar elegido al azar ya que esta empresa salicultora (como prefieren ser conocidos a partir de ahora los salineros tras las últimas transformaciones del sector) es la que encabeza el resurgir comercial de la actividad gira en torno a la flor de sal, la fina capa superior que queda en los tajos y cuya textura y sabor (al no perder los oligoelementos en el lavado industrial), son preciados para los grandes cocineros de todo el mundo. De hecho, el kilo cuesta una media de 22 euros. El problema, que no pueden comercializarlo en España, ya que lo impide el reglamente técnico sanitario, al no contar con la cantidad de cloruro sódico establecida en el año 1978. Sin embargo, en otros países como Francia o Portugal, la normativa es más permisiva y por tanto se están quedando con el mercado, cuando la calidad de su sal es muy inferior a la gaditana, que disfruta de más horas de sol y de levante.

Nueva oportunidad

Una cuestión que al fin tendrá solución pues el contenido de cloruro sódico necesario para la venta del sal se rebajará del 97 al 94 por ciento. En el caso de la salina San Vicente, ya han creado su propia marca denominada sal de hielo y su exportación se encamina a países como Estados Unidos, Alemania o Polonia. Sin embargo están lejos de alcanzar las cuotas de mercados como el francés o el portugués. Ambos países generan una media de 50.000 toneladas anuales, mientras que en España apenas se llega a las 50. Precisamente el cambio de la normativa permitirá crecer a este sector que cuenta con ventajas con respecto a sus competidores en cuanto a la calidad, y ya se prevé la reactivación del sector. Tanto es así que Chaves abrió la posibilidad de que en la Bahía se pase dentro de unos años de cuatro a 44 salinas artesanales con la creación de más de 200 puestos de trabajo directo.

Pero el plan es mucho más ambicioso y así se pudo observar en la explicación del desarrollo comercial que se pretende para las salinas artesanales y que espera sacar adelante la Salina de San Vicente. Desde la producción de una microalga ('Dunaliella Salina') que permite obtener un producto muy demandado comercialmente, el beta caroteno natural, a las propiedades nutricionales de la artemia un pequeño crustáceo muy adecuado para su empleo en acuariofilia como alimento vivo para alevines y peces pequeños.Todo ello intercalándose con las rutas naturales y abriéndose al turismo ambiental.