La huelga de médicos no consigue paralizar la sanidad de Cataluña

La política de recortes del Govern catalán para tratar de sanear las cuentas y reducir el déficit recibió ayer, en plena campaña electoral, su primer gran toque de atención con la huelga en la sanidad pública. Entre el 20 y el 70% de los facultativos de los centros sanitarios públicos y concertados de Cataluña secundaron la primera jornada de paro convocada por el Sindicato de Médicos, el mayoritario del sector.

La protesta se dejó notar más en los grandes hospitales, como el Valle de Hebrón, Bellvitge o Joan XIII, que funcionaron al 50%, que en los ambulatorios o en los centros concertados, donde la incidencia fue mínima. Los médicos y personal sanitario rechazan los ajustes presupuestarios por dos motivos. Uno salarial, porque el recorte afecta a sus nóminas y en un año podrían bajar un 30%. Y una segunda razón, más general, que obedece, según los médicos, a un «acto de responsabilidad» para evitar la pérdida de calidad del sistema sanitario.

Los médicos, que no cuentan con el apoyo de sus compañeros de UGT y CCOO, consideran que los recortes ponen en peligro el modelo público de salud ya que por las estrecheces presupuestarias los hospitales han cerrado más de 3.000 camas, han reducido un 40% la actividad quirúrgica, han suprimido el servicio nocturno de 58 centros de atención primaria y han aumentado las listas de espera.

Cifras dispares

De momento, la primera jornada de paro -la segunda tendrá lugar hoy- no consiguió paralizar la sanidad y afectó a unos 20.000 pacientes. El Govern tildó la convocatoria de «fracaso» ya que el respaldo a la misma no superó el 20%, y porque no servirá de nada pues los recortes seguirán en marcha.

El Sindicato de Médicos, por su parte, habló de un seguimiento del 70% entre los 16.500 profesionales de la medicina que trabajan en 65 hospitales y 427 centros de atención primaria. «La salud ni se cierra ni se recorta», era el lema de una huelga convocada en plena campaña, en la que los partidos de la oposición, sobre todo PSC, ICV, ERC y PP han cargado con dureza contra los recortes del Govern de Mas, que ha reconocido que su política de ajustes tendrá coste electoral.

El paro se produjo además en plena polémica en la Sanidad catalana, después de que dos familias, una de Girona y otra de Barcelona, hayan denunciado la muerte de dos personas que no fueron atendidas a tiempo por culpa de las desatenciones provocadas supuestamente por los recortes.