AMARILLO PANTONE

EL 'PMOUJ'

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Pacheco manda y ordena una jartá». Eran las siglas que El Yuyu asignaba al PGOU cuando imitaban en su programa al exedil jerezano Pedro Pacheco. Algo así ha pasado también con el nuestro, en el que algunos hemos visto atónitos cómo la administración municipal se saltaba a la torera un documento, que es casi como una carta magna, a su antojo. Más allá de que su incumplimiento sea para bien o para mal. Injustas son muchas leyes y debemos acatarlas, si no... ya se sabe. Pero ¿qué ejemplo nos da nuestro Ayuntamiento cuando un plan, redactado años atrás por ellos (como administración, no hablo ya en el caso de color político), se lo pasa por donde sea con la excusa del «bien para todos», o «lo vamos a modificar más adelante», perjudicando con ello a los empresarios que se fiaron de los mismos creyendo que si lo hace la administración será porque está bien? Es como el profesor que prohíbe fumar en clase y es él luego el que enciende el primer cigarro. ¿Qué educación ciudadana estamos dando si esto ocurre día tras día y aquí no pasa nada? Y sin embargo para otras cosas, como poner mesas en un espacio público de un local que limita con el mismo... ahí ya la cosa no es tan imparcial con respecto al documento.

Y los perjudicados, como siempre, los ciudadanos, tanto los de a favor como en contra... a favor porque fue la administración los que se lo puso en bandeja y no van a ser ellos los que paguen el pato, y en contra porque está claro que aquí nadie puede ir por encima de la ley, ni el mismo legislador. Porque un plan urbano es una ley en sí que luego rige a las ordenanzas urbanas, es como la Constitución con las demás leyes, no pueden contradecirse. Al menos, al fin está aprobado y ahora todos contentos. Pero ya se ha creado un precedente, lo peor que puede pasar para que algo vuelva a ocurrir.