Los vendedores del Rastrillo se quejan por el pago de las tasas

Si no hay más retrasos y el tiempo lo permite, el Rastrillo de los domingos de la Alameda Vieja puede volver a instalarse para esta temporada de otoño e invierno a partir del día 6 de noviembre. Y si todo sigue como hasta ahora es probable que la cita vaya a contar nada menos que con cerca de 600 vendedores inscritos.

Así lo explica a este medio Manuel Mora, vocal de la coordinadora del Rastrillo que hace unos meses trabajó para propiciar que en estos tiempos de estrecheces económicas este evento comercial y con mucho de tradición y toques culturales no desapareciera en verano, y que ahora lo que reclama al Consistorio es que flexibilice sus criterios para el cobro de la tasa que va a dar derecho a instalar un puesto en este evento.

Según explicaba este representante, el Ayuntamiento ha fijado un pago único de 20 euros para todo el que quiera ser expositor en este evento durante toda la temporada. Y aunque esta inscripción no parece que tenga un coste excesivo («sale apenas a un euro por semana», cuantifican desde la coordinadora), Mora destacó que «a algunos les resulta imposible de pagar, ya que la situación por la que pasan muchos de los que están acudiendo al Rastrillo a vender es muy desesperada, en ocasiones están desprendiéndose de sus propios enseres para poder sacar algo de dinero que les permita hacer frente a deudas importantes, y pagar por adelantado esa cantidad les está dando quebraderos de cabeza».

A este respecto, el representante de la coordinadora del Rastro ya ha dirigido un escrito al concejal de eventos especiales, Antonio Montero, solicitando que se permita un pago fraccionado de esta tasa que no se ha pagado en anteriores ediciones, aunque sí a partir de la experiencia del pasado verano cuando se abonaron cinco euros por las cinco semanas en las que tuvo lugar esta cita.

En este sentido, Mora recalcó ayer que desde este colectivo de vendedores no se oponen a abonar este dinero, pero pidió que «se den facilidades porque realmente está angustiando a muchos de los que quieren participar y que no tienen ni de lejos esta cantidad que a otros les puede parecer ridícula». Como puso de relieve, «hay gente que ha sufrido desahucios y está vendiendo posesiones, otros que hasta acuden al Comedor del Salvador y a los que abonar esta licencia les causa verdaderos problemas».

Desde la coordinadora también reclaman que ese dinero que se va a abonar y que suma un total de 12.000 euros se destine a garantizar la seguridad durante la celebración de este Rastrillo en las mañanas de domingo.

En cuanto a las novedades para esta nueva edición, aunque aún están cerrándose detalles, parece que van en la línea de dar más entrada a artistas plásticos y artesanos en la celebración.