ESPAÑA

El Gobierno califica de «mezquino» no reconocer el paso de los presos de ETA

Camacho atribuye el comunicado a la presión policial y niega que sea fruto de una «reflexión autónoma» de los reclusos

MADRID. Actualizado: Guardar
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El comunicado de los presos de ETA sigue tensando las relaciones entre el Gobierno y los populares. El portavoz del Ejecutivo, José Blanco, acusó a la formación opositora, sin citarla, de minusvalorar el comunicado por motivos exclusivamente partidistas y «mezquinos» tan solo horas después de que Mariano Rajoy asegurara que no veía ningún «cambio sustancial» en la banda terrorista después del anuncio de sus reclusos de que se adhieren al Pacto de Gernika.

Blanco, en la línea de José Luis Rodríguez Zapatero, insistió en que el comunicado del colectivo de presos vascos (EPPK) le parece un «paso decisivo» y fue más lejos: «Cuando estamos a punto de acabar con esa pesadilla, un hecho tan relevante no puede ser tan poco destacado exclusivamente por un interés de parte». «Es un interés mezquino no reconocer el éxito que es de todos y de quien estuvo al frente de la lucha antiterrorista, que es Rubalcaba», dijo el portavoz.

Blanco fue duro con el PP, al que acusó de «menospreciar» un «éxito que es de todos» solo para evitar «reconocer algún mérito a este Gobierno». «Cuando se vea con perspectiva histórica, se verá que este tiempo de Zapatero y de Rubalcaba, y su política junto con la eficacia de las fuerzas y seguridad del Estado fue determinante» para conseguir el fin de ETA.

Antonio Camacho, por primera vez, se refirió al comunicado, del que dijo «es fruto de la estrategia y el trabajo del Ministerio del Interior, la Policía y la Guardia Civil», de su «buen trabajo», y no de una «reflexión autónoma» de los reclusos como lo ha presentado el EPPK.

El ministro del Interior negó que la adhesión en bloque de cerca de 700 presos al Pacto de Gernika sea un varapalo a la política de su departamento centrada en dividir a ese colectivo para forzar a las rupturas individuales con la banda. «No es un fracaso, sino un éxito de la política antiterrorista desarrollada en los últimos 40 años», sostuvo Camacho, que recordó que el comunicado de los presos llega después de la captura de «cientos y cientos» de activistas y la desarticulación de los principales aparatos de la banda.

El máximo responsable de la fuerzas de seguridad definió, no obstante, el anuncio de los presos como un «paso hacia el abandono de la violencia» y como un «paso hacia la paz», pero insistió en que, «evidentemente, no es el paso que están esperando todos los demócratas». También el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, se mostró cauteloso: explicó que el comunicado confirma la «convicción» de que el fin de la violencia de ETA es un proceso que «parece irreversible», pero advirtió de que hay que «ser prudentes y no adelantar acontecimientos».

Camacho negó que haya discrepancias en este asunto entre el Gobierno y el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, quien el lunes calificó de «vergonzoso» el comunicado y el ofrecimiento de los presos de apoyar el fin de la violencia a cambio de una amnistía.

«De acuerdo»

El propio Conde-Pumpido intentó ayer quitar hierro a sus declaraciones y aseguró que el Ejecutivo y el Ministerio Público están «absolutamente de acuerdo» en su análisis sobre ETA. Eso sí, insistió en que considera una «vergüenza» que los reclusos «pongan condiciones que limiten la política de este país».

Los matices del fiscal general enfadaron al PP. Su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, se quejó de que Conde-Pumpido «rectifique tanto como los miembros del Gobierno» y que además «siempre rectifique a favor del Gobierno».