Editorial

Ciclos políticos

DIPUTADO NACIONAL POR CÁDIZ DEL PP Actualizado: Guardar
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Al gobierno socialista de Felipe González, que terminó en 1.996, le siguieron ocho años de gobierno popular con Aznar y otros ocho de gobierno, también socialista, con Zapatero. Unos gobiernos que han marcado unos claros ciclos políticos que dejaron a sus sucesores una herencia que ilustra a las claras la efectividad de sus respectivas políticas y a los ciudadanos una calidad de vida muy distinta y diferenciada. En una época en la que se van superando los conceptos izquierda-derecha y lo que se valora es la capacidad de gestión y gobernanza para el bienestar de los españoles es muy ilustrativo comparar los datos oficiales que les ofrezco a continuación. La tasa de paro que dejó el PSOE en 1996 se situó en el 23%; el PP la redujo hasta el 11% para volver a subir en la actualidad hasta el 20%. El crecimiento anual de la economía en los tiempos de González estaba fijado en el 2,2%, tras Aznar estaba en el 3,4 y ahora en el 0,2%. La prima de riesgo del país heredada en 1996 se situaba en el 442, cero en 2004 y 380 en 2011. Si el gobierno del PP dejó al Estado en superávit, el déficit público en la actualidad se sitúa en el 9,2%. La deuda pública también ha ascendido notablemente en estos años, del 51% en 2004 al 70% en 2011.

En 1996 el PP recibió una herencia que en algunos de los indicadores eran peores que los que ahora tenemos y ante el compromiso popular de, en esas circunstancias crear empleo, acabar con el paro, reducir el déficit sin hacer recortes sociales y crecer al ritmo de la UE y además sin subir los impuestos, los socialistas dijeron que eso era imposible. Siempre pensaron que bajar los impuestos iba contra el Estado del Bienestar por considerarlo la única garantía de incremento en los ingresos del Estado. En el PP pensamos todo lo contrario al considerar que la renta disponible debe estar en manos de la sociedad, de los emprendedores, que son los que saben ponerlo en valor creando riqueza y empleo y no del Estado y menos con un gobierno socialista que piensa que el dinero público no tiene valor porque no es de nadie, cuando precisamente debe ser lo contrario por ser de todos. Son muy significativos los resultados de las políticas empleadas por uno y otro gobierno cuando se comparan los malos datos de la herencia socialista que recibió el PP de Felipe González y cómo conseguimos darle la vuelta para dar a los españoles un nivel de vida y un reconocimiento mundial que hemos perdido al cabo los ocho años de un nuevo gobierno socialista, esta vez con Zapatero y Rubalcaba.

En 1996 el PP demostró con hechos que era posible lo que prometía y consiguió que entráramos en el euro, que la sociedad creara cinco millones de puestos de trabajo reduciendo la tasa de paro a la mitad, bajándola del 23% al 11%, que de nuevo ha subido al 20% con Zapatero. Se acabó con el déficit público que recibimos al 6,6% para ponerlo con superávit, sin recortes sociales y bajando los impuestos, que de nuevo los socialistas han llevado nada menos que al 9,2%. Lo mismo ha ocurrido con la deuda pública que la recibimos al 64%, la bajamos al 51% y la han subido al 70% del PIB. El crecimiento anual de la economía fue de 2,2 , lo elevamos a 3,4 y hoy está estancado en 0,2. También la prima de riesgo ha cambiado llamativamente en función del color del gobierno al pasar de los 442 puntos de Felipe González a cero con el PP y que ha vuelto a subir a 380 con gobierno socialista.

La prioridad del Partido Popular para los próximos cuatro años es la creación de empleo pues cuanto más españoles trabajen menos prestaciones habrá que pagar, más se recaudará y más garantía habrá para el sistema de pensiones. Las claves para crear empleo pasan por generar confianza, sanear las cuentas públicas e incentivar el crédito pues sin confianza no hay crédito y sin crédito no hay inversión ni empleo. Para ello habrá una nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria que fijará un techo de gasto vinculante para las Comunidades Autónomas; se evitará la duplicación de funciones y servicios de las distintas administraciones públicas; reformaremos el sistema financiero, especialmente las cajas de ahorros, para activar el crédito; haremos una reforma financiera para mejorar la financiación de las empresas que no tributarán por las plusvalías que reinviertan y las pymes y autónomos pagarán el IVA cuando hayan cobrado las facturas. Todas estas y otras medidas se presentarán al Parlamento en un plan completo con un desarrollo temporal de los objetivos durante la legislatura con expresión de los medios a utilizar para alcanzarlos. Y mantendremos el gasto social en sanidad, servicios sociales, educación y las pensiones.

Como se deduce de todo lo anterior se cumple la norma de que los gobiernos del PSOE hunden España y los gobiernos del PP la recuperan. Eso ha ocurrido hasta ahora y estamos convencidos de que podemos volver a hacerlo y también los ciudadanos lo creen porque han comprobado que da igual Felipe que ZP o Alfredo, porque lo que se necesita no es un cambio de políticos sino de política. En el nuevo ciclo nos toca devolver a los españoles el bienestar y la calidad de vida que hemos perdido. Ese es nuestro compromiso y lo haremos si los ciudadanos nos dan su confianza.