COMPLEMENTO CIRCUSTANCIAL

ENTRE CENIZAS

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Si no fuera porque hace muchísimos años que nos dejó Luis Carandell, la noticia habría ocupado un lugar de honor en su Celtiberia Show, demostrando que desde aquellos anuncios en los que el sepulturero felicitaba el año nuevo con el deseo de que no tuviésemos que recurrir a sus servicios hasta la incineración 'on line' que el grupo ASV va a implantar en Cádiz, ha llovido poco. Tan poco que no hace ni un mes era la misma empresa funeraria la que esponsorizaba a la Mortaja de Algeciras en el itinerario del vía crucis.

El duende de las imprentas, decían muchos entonces, sin imaginar siquiera con qué renglones torcidos vendría el destino a escribir un nuevo episodio de lo carpetovetónicos que podemos llegar a ser.

Una videoconferencia -¿esperan que alguien conteste?- y un sistema informático con conexión a internet para seguir en tiempo real la cremación son el siguiente peldaño de esta escalera que nos lleva al disparate. Si ya conseguimos sustituir el velatorio hispánico de chistes, caldito y sillas prestadas por la aséptica sala de un tanatorio de canapés y horario infantil, ahora hasta podremos eludir el engorro de presentar nuestras condolencias en directo.

El «nuevo camino hacia la vanguardia y la modernidad» lo llama la empresa que ha tenido la genial idea de ahorrarnos el último viaje. Un camino «con los mismos detalles que el servicio tradicional para preservar la intimidad de la familia», que nos vuelve a colocar en ese territorio tan familiar del sainete, de la comedia de salón y de la sala de los espejos deformados en la que últimamente hemos acampado. En ese camino estamos, la próxima parada -tiempo al tiempo- será un 'pendrive' para ponerles a las visitas, junto con el vídeo del crucero y la comunión de la niña, el juanillo de la abuela. Vivir -o no- para ver -o no-.