Cartas

Todo sigue igual

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No hace muchas fechas la sociedad señalaba a la clase política como privilegiada. Mientras las empresas se encuentran en una situación difícil y sus empleados sufren las consecuencias con la aplicación de ERES, en el mejor de los casos, los políticos, que tienen en la política su principal o única forma de vida, continúan adjudicándose emolumentos importantes. A pesar de que gestionan unos recursos muy limitados con respecto al pasado sus nóminas siguen en lo alto de las tablas. A nadie debe extrañar que los ciudadanos no tengan en buena estima a la clase política y les llamen casta parasitaria. Están demostrando que no tienen sensibilidad no solo con los ciudadanos si no con muchos de sus compañeros políticos. Compañeros que trabajan en la política sin recibir ningún recurso público. Al contrario, les cuesta dinero estar en política. Es una verdadera lástima que por unos pocos 'garbanzos podridos' el resto sea diana de críticas ciudadanas. Se hablas de regeneración, pero antes se debe atravesar una etapa. La titualermos 'la purga'. Se debe descontaminar el ambiente político expulsando a los elementos que lo enturbian. Regenerar no consiste en lavar la imagen. Significa cambiar de filosofía política. Significa pisar el suelo. Significa tratar a los votantes de igual a igual. En resumen, ganarse el sueldo. No basta con sentarse en los escaños de las diferentes instituciones. Deben confirmar día a día que están comprometidos con sus votantes y sobre todo deben mostrar humildad ante quien ha depositado su confianza en resolver problemas. Si el votante pierde su empleo y pierde su dignidad los gestores políticos deben ser consecuentes. Deberían ofrecer su solidaridad y no con palabras que suenen bien, pero que son puramenten demagógicas. Deben ser consecuentes con lo que les sucede a la gente.